Una auditoría realizada por el comisionado de medio ambiente y desarrollo sostenible de Canadá reveló que el país no ha logrado establecer un plan claro y coherente para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Según el informe, el gobierno federal no ha coordinado adecuadamente sus acciones con las provincias y los territorios, ni ha evaluado los costos y beneficios de las diferentes medidas.
El comisionado Jerry DeMarco señaló que Canadá se enfrenta a un “desafío monumental” para cumplir con su compromiso de reducir sus emisiones en un 40-45% para 2030, en comparación con los niveles de 2005. Afirmó que el país necesita una “visión clara” y una “hoja de ruta” que incluya metas intermedias, indicadores de progreso y responsabilidades asignadas.
El informe también criticó la falta de transparencia y rendición de cuentas del gobierno, que no ha informado regularmente al público sobre los avances y los obstáculos en la lucha contra el cambio climático. Además, el informe advirtió que el país no está preparado para hacer frente a los impactos del cambio climático, como los fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad y la escasez de agua.
El ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, Jonathan Wilkinson, reconoció que el informe plantea “cuestiones importantes” y dijo que el gobierno está trabajando para mejorar su plan de acción. Aseguró que el gobierno está comprometido con la transición hacia una economía baja en carbono y que presentará un presupuesto verde en los próximos meses.
Sin embargo, el líder de la oposición conservadora, Erin O’Toole, acusó al gobierno de ser “incompetente” y de “fracasar” en la protección del medio ambiente. Dijo que el gobierno ha impuesto una “tasa de carbono” que encarece la vida de los canadienses sin reducir las emisiones. Propuso un plan alternativo que incluye incentivos para la innovación tecnológica y la cooperación internacional.