El gobierno de Canadá anunció el domingo que impondrá una regulación que obligará a las grandes empresas de telecomunicaciones a compartir su infraestructura de red con los proveedores de servicios inalámbricos más pequeños y más baratos en las provincias de Ontario y Quebec. Esta medida tiene como objetivo aumentar la competencia y reducir los precios de los servicios de telefonía móvil para los consumidores.
Según el ministro de Innovación, Ciencia e Industria de Canadá, François-Philippe Champagne, esta regulación se aplicará a las empresas que poseen el 92% del mercado de servicios inalámbricos en Ontario y Quebec, que son Bell, Rogers y Telus. Estas empresas tendrán que ofrecer a los operadores móviles virtuales (OMV), que no tienen su propia red, el acceso a sus redes a precios mayoristas regulados por el gobierno.
Champagne dijo que esta regulación se basa en el principio de “uso justo”, que significa que los OMV solo podrán acceder a la red de las grandes empresas cuando no haya suficiente capacidad disponible para los clientes existentes. Además, afirmó que esta regulación no afectará a la inversión ni a la innovación de las grandes empresas, ya que solo se aplicará a las redes existentes y no a las futuras redes 5G.
El gobierno de Canadá espera que esta regulación beneficie a los consumidores, especialmente a los de bajos ingresos, que podrán acceder a planes de telefonía móvil más asequibles y flexibles. Según un estudio de la OCDE, Canadá tiene uno de los precios más altos de servicios inalámbricos entre los países desarrollados. El gobierno de Canadá se ha comprometido a reducir estos precios en un 25% para el año 2026.
Sin embargo, la regulación ha sido criticada por las grandes empresas de telecomunicaciones, que la consideran injusta e innecesaria. El presidente y director ejecutivo de Bell, Mirko Bibic, dijo que la regulación es una “intervención radical” que socava el modelo de negocio de las empresas que han invertido miles de millones de dólares en construir y mantener sus redes. Por su parte, el presidente y director ejecutivo de Rogers, Joe Natale, dijo que la regulación es una “subvención” a los OMV, que no tienen ningún incentivo para invertir en sus propias redes.
La regulación entrará en vigor el 1 de enero de 2024, y se espera que los primeros OMV que se beneficien de ella sean los que ya tienen acuerdos comerciales con las grandes empresas, como Fido, Virgin Mobile y Koodo. El gobierno de Canadá dijo que evaluará el impacto de la regulación en el mercado y en los consumidores, y que podría extenderla a otras provincias si los resultados son positivos.