Canadá ordena el sacrificio de más de 400 avestruces por riesgo de gripe aviar y desata una ola de protestas a nivel nacional e internacional

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THE LATIN VOX (25 de septiembre de 2025).- Daniela Medina.

El Gobierno canadiense ha ordenado el sacrificio de una gran manada de avestruces en la granja Universal Ostrich Farms, ubicada cerca de Edgewood (Columbia Británica), ante el temor de un brote de gripe aviar (virus H5N1). La medida extrema y controvertida ha desencadenado protestas, apoyos internacionales y hasta amenazas de muerte contra empresas involucradas en el proceso. La situación escaló hasta llevar el caso ante el Tribunal Supremo de Canadá, que estableció una suspensión temporal del sacrificio mientras evalúa la demanda de la granja.

Lo que comenzó como una acción sanitaria prevista para contener una posible propagación se ha convertido en un desafío complejo que mezcla ciencia, política, derechos de los animales y polarización social.

Los hechos hasta ahora

Mortalidad inicial y orden de sacrificio

  • En diciembre de 2024, avestruces de la granja comenzaron a morir; al menos 69 ejemplares ya habían fallecido cuando se ordenó el sacrificio preventivo.
  • Las pruebas realizadas a dos de las aves muertas arrojaron positivo para gripe aviar H5N1, lo que reforzó el argumento de las autoridades sanitarias para intervenir.
  • Desde la orden inicial de sacrificar unos 400 avestruces, los propietarios de la granja han impugnado la medida en tribunales, argumentando que el resto de la manada está sana y podría tener inmunidad de rebaño.

Suspensión temporal por parte del Tribunal Supremo

  • El Tribunal Supremo de Canadá ha concedido una suspensión temporal (“stay”) del sacrificio ordenado, para revisar los argumentos legales y científicos presentados por los propietarios de la granja.
  • Mientras tanto, el control del predio y de los animales está en manos de la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos (CFIA, por sus siglas en inglés), que defiende su “política de erradicación” como esencial para la salud pública, la protección del sector avícola y el comercio exterior.

Reacciones y escalamiento del conflicto

  • Los propietarios de la granja, Karen Espersen y Dave Bilinski, en conjunto con activistas por los derechos de los animales, han denunciado que la medida representa una “masacre” y una destrucción irreversible del material genético de la manada.
  • Proponentes destacados en Estados Unidos —como Robert F. Kennedy Jr. y el Dr. Mehmet Oz— intervinieron públicamente, proponiendo reubicar los avestruces y hacer estudios del sistema inmunológico de estas aves. Oz ofreció su rancho en Florida para alojarlos
  • Se han registrado protestas en el lugar y llamados en redes sociales para boicotear empresas que colaboren con el sacrificio. Algunas empresas locales han recibido amenazas contra sus empleados y reputación pública.
  • En un intento de bloquear las operaciones, las co-propietarias Karen Espersen y su hija Katie Pasitney fueron arrestadas por la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) por obstruir inspectores alimentarios.

Argumentos técnicos, éticos y científicos

Posición de las autoridades sanitarias

  • La CFIA defiende que la política de “stamping out” erradicación de focos animales expuestos o infectados es una herramienta estándar reconocida internacionalmente para contener brotes de gripe aviar.
  • Si se permite que la manada permanezca activa, existe el riesgo de que el virus mute, se extienda hacia otras aves comerciales (pollos, pavos) o incluso represente un riesgo zoonótico para humanos, aunque ese último riesgo es menor.
  • Las autoridades también argumentan que la suspensión prolongada del sacrificio puede socavar la confianza internacional en la capacidad de Canadá para controlar brotes, lo que podría afectar la exportación de aves y productos avícolas.

Defensa de los propietarios y sus simpatizantes

  • Espersen y Bilinski sostienen que las últimas muertes ocurrieron en enero de 2025, y que desde entonces no se han reportado nuevos fallecimientos ni síntomas, lo que podría indicar que el grupo ha desarrollado resistencia natural.
  • Alegan que el sacrificio indiscriminado destruiría valores genéticos únicos que podrían tener importancia científica futura, como la investigación de anticuerpos capaces de combatir variantes de gripe.
  • Insisten en que los animales todavía deben ser sometidos a nuevas pruebas antes de decidir su destino final.
  • Algunos simpatizantes critican lo que consideran un “exceso gubernamental” que destierra la autonomía de los agricultores frente a agencias técnicas.

Desafíos técnicos y dilemas éticos

  • Retomar el control biológico de animales expuestos a virus es complejo: el reinicio de una manada “rescatada” implicaría monitoreo estricto, cuarentenas, evaluaciones genéticas, y riesgos residuales de propagación.
  • Éticamente, está en tensión el derecho a proteger la salud colectiva frente al derecho de los dueños y del bienestar animal.
  • El debate se inserta en un contexto más amplio de escepticismo hacia las autoridades sanitarias, en parte alimentado por discursos antivacunas y desconfianza institucional. Un bioeticista advirtió que el conflicto podría socavar la confianza pública en medidas sanitarias legítimas.

Escenarios y posibles desenlaces

  1. Decisión definitiva en la Corte Suprema
    El Tribunal Supremo deberá decidir si convierte la suspensión temporal en un fallo definitivo, autorizando o cancelando el sacrificio. Los plazos legales son apremiantes.
  2. Pruebas adicionales y alternativas intermedias
    Podría ordenarse que la CFIA realice estudios complementarios (PCR, serología, aislamientos virales) para determinar si el sacrificio sigue siendo necesario. Algunos expertos consideran esa opción razonable dadas las circunstancias descritas.
  3. Reubicación internacional
    Si la orden de sacrificio es definitiva, los dueños podrían aceptar la propuesta de traslado de avestruces a EE. UU., con apoyo de figuras como Oz o Kennedy, para continuar estudios o preservar la manada fuera de Canadá.
  4. Resistencia social prolongada
    Las protestas locales, amenazas en redes y presión mediática podrían escalar. Las autoridades podrían verse obligadas a reforzar seguridad, incrementar vigilancia mediática y gestionar una crisis de imagen pública.

Significado global y lecciones para futuras crisis sanitarias

Este conflicto va más allá de una granja en Columbia Británica. Es un símbolo de cómo se articulan el poder sanitario, los derechos privados, la opinión pública y la ciencia en el siglo XXI:

  • Subraya la fragilidad del equilibrio entre medidas de salud pública y derechos de propiedad privada en casos extremos.
  • Señala cómo las crisis sanitarias se vuelven objeto de politización, con actores nacionales e internacionales que usan el caso para reforzar narrativas (gobierno sobrerreaccionando, pasividad institucional, conspiraciones antivacunas).
  • Pone en evidencia la necesidad de procedimientos científicos transparentes y revisiones independientes de las decisiones de sacrificio en animales, especialmente cuando se habla de ciencias emergentes y conservación genética.
  • Refuerza que, en pandemias o brotes zoonóticos, el éxito de las políticas sanitarias depende no solo de decisiones técnicas, sino de mantener la confianza pública, la integridad institucional y canales abiertos de diálogo.

La orden de sacrificar más de 400 avestruces en Canadá, su suspensión temporal por parte del Tribunal Supremo, y las reacciones intensas de agricultores, activistas y figuras internacionales constituyen un episodio simbólico y controvertido. Encarna la tensión entre salud colectiva y derechos individuales, entre ciencia y política, entre urgencia sanitaria y cautela ética.

El destino final de esa granja en Columbia Británica será observado atentamente por gobiernos, agencias de sanidad, granjeros y la opinión pública global. Porque al final de esta disputa se jugará algo más que la vida de los avestruces: se medirá también la capacidad de las sociedades de actuar con rigor científico, justicia y sensibilidad institucional en tiempos de crisis.

Fuente: /www.theguardian.com

Foto: Google fotos


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