
THE LATIN VOX (13 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Para muchos canadienses, especialmente en comunidades rurales y remotas, el sonido del correo llegando no es solo un hábito cotidiano, sino un vínculo esencial con el resto del país.
Ese vínculo podría verse profundamente afectado por el desenlace de las negociaciones que Canada Post y el Sindicato Canadiense de Trabajadores Postales (CUPW) retomarán este viernes.
En juego no está únicamente un contrato laboral, sino el futuro de un servicio que miles de trabajadores han sostenido durante generaciones, y que para muchas poblaciones es la única conexión confiable para recibir medicinas, documentos oficiales o paquetes.
Las conversaciones, mediadas por representantes federales, buscarán que el sindicato responda a la “mejor y última oferta” presentada por la corporación el pasado 28 de mayo.
Canada Post insiste en que necesita cambios profundos para enfrentar la caída constante del correo tradicional y la feroz competencia en el mercado de paquetería.
Pero para los carteros y empleados postales, la modernización no puede significar la pérdida de empleos ni la reducción de servicios en las zonas donde el correo es, literalmente, un salvavidas. “No es solo un trabajo. Es una responsabilidad con la gente que depende de nosotros, incluso en las tormentas o cuando las carreteras están cerradas”, expresó una trabajadora rural con más de 20 años de servicio.
El informe de la Comisión de Investigación Industrial, encabezado por William Kaplan, confirma que el modelo actual de Canada Post enfrenta una crisis estructural. Sin embargo, el reto no es solo financiero: es también encontrar un equilibrio entre eficiencia y compromiso social.
Mientras las negociaciones siguen abiertas, en pueblos y ciudades de todo Canadá hay una pregunta que se repite: ¿podrá el país modernizar su servicio postal sin romper el lazo que une a sus comunidades más alejadas?
Crédito fotográfico: City News Halifax