Canadá ha presentado un nuevo plan para reducir las emisiones de metano, uno de los gases de efecto invernadero más potentes y dañinos para el clima. El plan, que se ha dado a conocer en la cumbre del clima COP28 que se celebra en Glasgow, Escocia, tiene como objetivo recortar un 75% las emisiones de metano para el año 2030, respecto a los niveles de 2012.
El metano es un gas que se produce principalmente por la actividad humana, como la agricultura, la ganadería, la extracción de petróleo y gas, y la gestión de residuos. Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), el metano es responsable del 30% del calentamiento global desde la era preindustrial, y tiene un potencial de calentamiento 84 veces mayor que el dióxido de carbono (CO2) en un periodo de 20 años.
El plan de Canadá se basa en cuatro pilares: la regulación, la innovación, la cooperación y la financiación. El gobierno canadiense se compromete a establecer normas más estrictas para limitar las fugas y las quemas de metano en el sector del petróleo y el gas, que es el mayor emisor de este gas en el país. También se propone apoyar el desarrollo y la implementación de tecnologías y prácticas que reduzcan las emisiones de metano en otros sectores, como la agricultura y los residuos. Asimismo, se plantea colaborar con otros países y organizaciones internacionales para impulsar acciones conjuntas contra el metano. Por último, se dispone a movilizar recursos financieros para facilitar la transición hacia una economía baja en metano.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que el plan es una muestra del compromiso de su país con la lucha contra el cambio climático, y que espera que sirva de ejemplo e inspiración para otros países. Trudeau afirmó que reducir las emisiones de metano es una de las medidas más efectivas y urgentes para evitar los peores efectos del calentamiento global, y que Canadá está dispuesto a liderar este esfuerzo.
El plan de Canadá se suma a la iniciativa global para reducir el metano, que fue lanzada por Estados Unidos y la Unión Europea en el marco de la COP28, y que cuenta con el respaldo de más de 100 países. Esta iniciativa pretende reducir las emisiones globales de metano en un 30% para el año 2030, respecto a los niveles de 2020, lo que supondría evitar el aumento de la temperatura media del planeta en 0,2 grados centígrados para el año 2050.