THE LATIN VOX (14 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
En una visita oficial a India, la ministra canadiense de Relaciones Exteriores, Anita Anand, enfatizó que, al reactivar los lazos diplomáticos y económicos con Nueva Delhi, Canadá está priorizando la seguridad interior y el imperio del derecho. Estas declaraciones coinciden con los esfuerzos del gobierno del primer ministro Mark Carney por diversificar sus relaciones comerciales, especialmente frente a la presión derivada de los aranceles estadounidenses que afectan las exportaciones canadienses.
Antecedentes: el quiebre diplomático de 2023 y el contexto actual
La relación entre Canadá e India sufrió un quiebre significativo en 2023. En septiembre de ese año, el entonces primer ministro canadiense, Justin Trudeau, acusó al gobierno de India de tener participación indirecta en el asesinato del activista sij canadiense Hardeep Singh Nijjar, lo que desencadenó una grave crisis: expulsión de diplomáticos, investigaciones internas y un ambiente de alta desconfianza entre ambas naciones. India negó categóricamente cualquier implicación.
Desde entonces, las relaciones fueron tensas, con visados demorados, comunicaciones diplomáticas mínimas y un estancamiento en proyectos de cooperación comercial, tecnológica y educativa.
Con el cambio de gobierno en Canadá, el nuevo liderazgo bajo Mark Carney ha impulsado una estrategia para restaurar esas relaciones, pero ahora con condiciones claras: seguridad, pleno respeto al Estado de derecho canadiense, transparencia en asuntos diplomáticos y garantías de que no haya interferencias extranjeras o represión transnacional.
Declaraciones clave de Anita Anand: seguridad y comercio mano a mano
Durante su estadía en India, Anita Anand subrayó varios puntos centrales:
- Que Canadá “no considerará reabrir conversaciones comerciales con India” si Nueva Delhi no permite el retorno total del cuerpo diplomático canadiense que fue reducido hace dos años. }
- Que cualquier cooperación futura dependerá de que se respeten las leyes canadienses, incluida la normativa sobre seguridad pública, normas contra la interferencia extranjera, y el tránsito legal de ciudadanos entre ambos países.
- Que, aunque el enfoque en la seguridad interna es esencial, Canadá también busca fortalecer los lazos económicos con India en sectores como agricultura, minerales críticos, tecnología limpia, energía, inteligencia artificial, innovación, educación superior, y otros ámbitos de desarrollo sostenible. }
Además, se acordó un nuevo roadmap (hoja de ruta) para reanimar las relaciones bilaterales, que incluye restaurar mecanismos diplomáticos, promover intercambios comerciales e inversiones, y retomar diálogos al más alto nivel ministerial.
El comercio como eje estratégico y los beneficios esperados
El diálogo comercial entre Canadá e India presenta grandes oportunidades, tanto para diversificar mercados como para reforzar cadenas de suministro frente a las incertidumbres globales:
- En 2024, el intercambio de bienes entre ambos países alcanzó alrededor de US$8.6 mil millones, con exportaciones de Canadá a India y viceversa. Además, el comercio de servicios superó esa cifra, agravando el déficit canadiense en algunos sectores.
- Se proyecta que un Acuerdo Integral de Asociación Económica entre Canadá e India (a veces referido como CEPA) podría añadir entre US$4.4 y US$6.5 mil millones al comercio bilateral y aumentar el producto interno bruto canadiense en US$3.8-5.9 mil millones hacia el año 2035, si se materializan los compromisos de inversión y cooperación.
- Sectores claves identificados en la hoja de ruta incluyen tecnología limpia, minerales críticos para transición energética, agricultura, inteligencia artificial y educación superior. Estas áreas no solo tienen gran demanda en India, sino que se alinean con los objetivos de Canadá de transformación económica verde y diversificación.
Tensiones y obstáculos persistentes
A pesar del intento de reconexión, hay varios factores que complican el restablecimiento pleno de relaciones:
- Interferencia extranjera y soberanía
Canadá sigue insistiendo en investigar alegaciones de interferencia extranjera (incluyendo agentes de India) u operaciones que pongan en riesgo la seguridad o la integridad de ciudadanos canadienses. El caso Nijjar sigue latente. - Confianza diplomática deteriorada
La reducción de diplomáticos, los disturbios en visados, las demoras burocráticas y las tensiones políticas en Canadá (entre comunidades indo-canadienses, organizaciones civiles y gobierno) requieren más que acuerdos formales: se necesita reconstruir credibilidad y transparencia. - Expectativas públicas contrapuestas
Algunos sectores en Canadá critican que se dé prioridad al comercio y la diplomacia sobre las preocupaciones de seguridad nacional o la justicia doméstica. Organizaciones de la diáspora sij, por ejemplo, han expresado que se sienten descuidadas por parte del gobierno si sus demandas de justicia no se abordan con la misma urgencia. - Equilibrio diplomático difícil
India, por su parte, exige respeto a sus sensibilidades: rechaza acusaciones no probadas, pide reciprocidad, y se muestra cautelosa ante lo que percibe como presión externa sobre temas internos. Cualquier avance debe manejarse con sensibilidad y tacto diplomático.
Cartografía de la estrategia canadiense
Para entender el enfoque de Ottawa bajo Anita Anand y el gobierno de Carney, se pueden identificar estas líneas estratégicas:
- Enfoque incremental (“paso a paso”): reconstrucción de confianza antes que rupturas bruscas. Diplomacia cuidadosa, reactivación de todas las funciones consulares y de visado, retorno del cuerpo diplomático completo como señal de normalidad.
- Condiciones claras para cualquier cooperación futura: respeto al Estado de derecho canadiense, protección frente a interferencia extranjera, transparencia, respaldo institucional.
- Diversificación económica: reducir dependencia de los Estados Unidos, abrir mercados en Asia, incentivar inversiones bilaterales en sectores tecnológicos, energéticos y agrícolas.
- Coordinación con valores democráticos: derechos humanos, soberanía, diálogo público. No solo comercio por comercio, sino que las relaciones exteriores reflejen principios internos.
Implicaciones internacionales y lecciones globales
La situación Canadá-India ilustra varios desafíos actuales en la diplomacia global:
- Cómo combinar seguridad doméstica con apertura comercial. Muchos países enfrentan tensiones similares: comercio globalizado vs. amenazas internas o diplomáticas.
- La importancia del rol de las diásporas, las comunidades transnacionales y cómo sus percepciones pueden influir en política exterior.
- Que los crímenes transnacionales, las acusaciones políticas, los procesos judiciales internacionales y la diplomacia coexisten y pueden impactar relaciones de Estado a Estado de manera duradera.
- Cómo los gobiernos nuevos (como el de Carney en Canadá) pueden aprovechar momentos de oportunidad (rupturas previas, cambio de liderazgo) para redefinir alianzas estratégicas.
Perspectivas a futuro: escenarios posibles
De cara a los próximos meses, algunos escenarios posibles son:
- Restauración plena y firma de acuerdos
Si India autoriza el regreso completo de diplomáticos, Ottawa y Nueva Delhi podrían concretar acuerdos comerciales ambiciosos, inversiones conjuntas y cooperación tecnológica ampliada. - Cooperación limitada con condiciones estrictas
El comercio puede aumentar, pero con salvaguardas, verificaciones, mayor supervisión en seguridad, sin que esto signifique una eliminación completa de tensiones diplomáticas. - Renovación parcial con retrocesos potenciales
Si algún problema grande sale a la luz (publicaciones de investigaciones, acusaciones nuevas, demoras en visados) podría volver a tensarse la relación, erosionando la confianza acumulada. - Enfoque pragmático comercial sin olvidar seguridad
La relación puede construirse sobre puntos de interés mutuo, dejando los temas más sensibles (justicia del caso Nijjar, acusaciones de interferencia) en procesos de investigación paralelos, pero preservando la cooperación económica como motor principal.
El viaje de Anita Anand a India representa más que una visita diplomática: simboliza un intento de reconciliación estratégica tras una crisis profunda, y un esfuerzo consciente por balancear dos grandes exigencias: la necesidad de comercio, inversión y diversificación económica, por un lado; y la protección de la soberanía, seguridad y justicia doméstica, por otro.
Canadá parece decidido a mostrar que puede construir relaciones internacionales sin sacrificar sus valores fundamentales, pero será la capacidad de cumplir compromisos reales, transparencia en las medidas de seguridad y una diplomacia basada en confianza lo que definirá si este nuevo capítulo será verdaderamente transformador.
Fuente: www.theglobeandmail.com
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