Canadá reconsidera la compra de aviones F-35 en medio de tensiones comerciales con Estados Unidos

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El recién nombrado primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha ordenado una revisión del contrato de adquisición de 88 aviones de combate F-35 fabricados en Estados Unidos, en respuesta a las crecientes tensiones comerciales con el gobierno del presidente Donald Trump.

Laurent de Casanove, secretario de prensa del ministro de Defensa, Bill Blair, confirmó que, aunque el contrato actual permanece vigente y Canadá ha comprometido fondos para las primeras 16 aeronaves, se está evaluando si esta inversión sigue siendo la más adecuada para el país en el contexto actual.

Esta revisión surge en medio de una escalada en las relaciones bilaterales, marcada por la imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a las importaciones canadienses de acero y aluminio el 1 de febrero de 2025. Aunque estas medidas fueron suspendidas temporalmente el 3 de febrero, entraron en vigor el 4 de marzo, lo que llevó a Canadá a responder con aranceles sobre productos estadounidenses por valor de 30.000 millones de dólares canadienses, con la posibilidad de ampliar estas medidas hasta 125.000 millones de dólares canadienses.

En su discurso de victoria el 10 de marzo, Carney criticó las políticas de Trump, acusándolo de atacar a los trabajadores, familias y empresas canadienses con aranceles injustificados, y prometió mantener los aranceles a las importaciones estadounidenses hasta que el gobierno de Trump muestre respeto.

El contrato para la adquisición de los F-35, valorado en aproximadamente 19.000 millones de dólares canadienses, representa la mayor inversión en la Real Fuerza Aérea Canadiense en más de tres décadas. El costo total del ciclo de vida del programa se estima en 70.000 millones de dólares canadienses.

La decisión de revisar esta compra también ha llevado a considerar alternativas, como el Boeing Super Hornet y el Saab Gripen de fabricación sueca, cuya propuesta incluía el ensamblaje y mantenimiento en Canadá. Esta reconsideración refleja la preocupación por la imprevisibilidad de las políticas estadounidenses y su impacto en la seguridad y economía canadienses.

La situación ha generado un clima de descontento en la población canadiense, manifestado en abucheos al himno estadounidense en eventos deportivos y una tendencia a evitar productos y viajes a Estados Unidos.

Mientras tanto, otros países aliados, como Portugal, también están reevaluando sus compromisos de adquisición de los F-35 debido a la imprevisibilidad de las políticas estadounidenses, lo que podría afectar la cooperación en defensa a nivel internacional.

La revisión ordenada por Carney busca garantizar que las inversiones en defensa se alineen con los intereses nacionales de Canadá, especialmente en un entorno global cada vez más incierto.


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