
Las deportaciones en Canadá alcanzaron cifras récord en 2024, marcando el nivel más alto en casi una década.
Según datos obtenidos por Reuters, más de 7,300 personas fueron deportadas entre enero y noviembre de 2024, lo que representó un aumento del 8.4% con respecto al año anterior y un sorprendente 95% en comparación con 2022. La mayoría de las deportaciones correspondieron a personas cuya solicitud de asilo había sido rechazada.
Este incremento se vincula con el aumento significativo en el número de solicitudes de refugio, especialmente desde 2020. El gobierno de Justin Trudeau ha destinado más recursos a las deportaciones, buscando una aplicación más eficiente de las órdenes de remoción debido a la creciente acumulación de solicitudes de asilo. A medida que las preocupaciones sobre la escasez de viviendas y la percepción del aumento de la inmigración ganan fuerza en la opinión pública, el gobierno intenta demostrar firmeza en sus políticas de inmigración.