
La decisión del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25% sobre los productos canadienses y del 10% sobre la energía ha desatado una respuesta contundente por parte del gobierno de Canadá. En una muestra de unidad nacional, el país ha anunciado una serie de medidas de represalia para contrarrestar lo que considera una acción arbitraria y perjudicial para ambas economías.
El parlamentario Terry Sheehan reafirmó el compromiso de su gobierno de luchar contra estas políticas comerciales agresivas, recordando que en 2018 Canadá respondió de manera similar a los aranceles sobre el acero canadiense impuestos por la administración Trump, y que logró salir victorioso.
«Eso es exactamente lo que haremos esta vez, mientras brindamos apoyo y alivio a los trabajadores y a la industria que se verán afectados», afirmó Sheehan en un comunicado emitido el domingo.
El primer ministro Justin Trudeau detalló las contramedidas que entrarán en vigor como respuesta a los aranceles estadounidenses. Canadá impondrá un arancel del 25% sobre 155 mil millones de dólares en productos estadounidenses estratégicamente seleccionados.
Las medidas se aplicarán en dos fases:
- A partir del martes 4 de febrero, entrará en vigor un arancel inmediato sobre 30 mil millones de dólares en bienes estadounidenses.
- En un plazo de 21 días, Canadá impondrá tarifas adicionales sobre 125 mil millones de dólares en productos estadounidenses, permitiendo así a las empresas y cadenas de suministro canadienses encontrar alternativas comerciales.
«Al igual que los aranceles estadounidenses, nuestra respuesta será de gran alcance e incluirá productos cotidianos como cerveza, vino, bourbon, frutas y jugos de fruta, verduras, perfumes, ropa, electrodomésticos, muebles, equipos deportivos y materiales como madera y plásticos», explicó Sheehan.
Además de los aranceles, el gobierno canadiense está evaluando otras medidas en colaboración con las provincias y territorios. Estas incluyen restricciones en sectores clave como minerales críticos, energía, adquisiciones gubernamentales y asociaciones comerciales.
Sheehan destacó que el país no solo está tomando represalias económicas, sino que también está fortaleciendo su compromiso con el consumo nacional. «Hago un llamado a Sault Ste. Marie y al distrito de Algoma para que hagan un esfuerzo consciente en comprar productos locales y apoyar a los negocios canadienses», afirmó.
La respuesta del gobierno ha sido respaldada por líderes empresariales, sindicatos y ciudadanos de todo Canadá. El objetivo es claro: demostrar que las tarifas de Trump no solo afectan a Canadá, sino que también perjudican a los consumidores y empresas estadounidenses.
«Nuestro gobierno ha trabajado estrechamente con estos líderes para garantizar una respuesta sólida. También seguiremos dialogando con funcionarios estadounidenses para demostrar que estos aranceles son perjudiciales para ambas naciones», aseguró Sheehan.
En su calidad de presidente del Comité Multipartidista del Acero, secretario parlamentario de Trabajo y miembro del Comité de Comercio Internacional, Sheehan se comprometió a continuar la lucha para que estos aranceles sean eliminados.
Históricamente, Canadá y Estados Unidos han mantenido una relación comercial sólida, con un flujo de bienes y servicios beneficioso para ambas economías. Sin embargo, las acciones proteccionistas de la administración Trump han puesto en riesgo esta relación, generando incertidumbre en las industrias afectadas.
Canadá ha reiterado su compromiso con el libre comercio y su disposición a negociar, pero ha dejado claro que no permitirá que su economía sea debilitada por decisiones unilaterales de su vecino del sur.
«Canadá y Estados Unidos siempre han tenido una relación comercial fuerte, de la que ambos han salido beneficiados. Seguiremos trabajando para mantener esta relación y garantizar que los canadienses estén protegidos», concluyó Sheehan.
Si bien Canadá ha expresado su disposición a seguir negociando, su firme respuesta sugiere que está preparado para una escalada en las tensiones comerciales con Estados Unidos. La implementación de estos aranceles y otras medidas de represalia podría afectar a múltiples industrias en ambos países y tener repercusiones en la economía norteamericana en su conjunto.
En los próximos meses, el mundo observará atentamente cómo evoluciona esta disputa y si ambas naciones pueden encontrar una solución diplomática antes de que el conflicto tenga un impacto aún mayor en los mercados internacionales.