THE LATIN VOX (26 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A pesar de las promesas y los llamados de organizaciones dedicadas al control del tabaco, la prohibición nacional de los sabores en los vapeadores en Canadá se está desvaneciendo cada vez más.
Tras años de espera por una regulación que limitara los sabores de los dispositivos de vapeo, las organizaciones de salud y control de la nicotina han recibido señales claras de que esta prohibición no se materializará en el corto plazo, a pesar de que la ministra responsable, Ya’ara Saks, había asegurado en otoño pasado que las restricciones llegarían «pronto».
Cynthia Callard, directora ejecutiva de Physicians for a Smoke-Free Canada, expresó su frustración tras una reunión reciente con un miembro del personal de la ministra de Salud Mental y Adicciones, Ya’ara Saks.
Callard reveló que durante el encuentro se les dio la impresión de que la prohibición de los sabores no será una prioridad este año. «Nos vamos con la firme creencia de que no veremos una prohibición de sabores de vapeo este año. Estamos muy decepcionados», afirmó Callard, destacando los motivos logísticos y el tiempo limitado debido a las expectativas de una posible elección federal en la primavera.
El urgente llamado de los médicos canadienses
La reunión coincidió con una declaración conjunta de los principales médicos de salud pública de Canadá, que renovaron su llamado al gobierno federal para que implementara una prohibición de sabores en los vapeadores, subrayando su creciente preocupación por el alto índice de uso de nicotina entre los jóvenes canadienses.
El Consejo de Oficiales Médicos Principales de Salud, que agrupa a los responsables de la salud pública a nivel federal y provincial, ha venido recomendando la prohibición de estos sabores durante los últimos cinco años.
Canadá posee una de las tasas más altas de vapeo juvenil en el mundo. Según Estadísticas Canadá, casi la mitad de los jóvenes adultos han probado el vapeo, lo que representa un riesgo significativo para la salud pública.
En junio de 2021, el gobierno canadiense prometió restringir los sabores de los vapeadores a menta, mentol y tabaco, basándose en estudios que demuestran que los sabores frutales y dulces son más atractivos para los jóvenes y se perciben como menos dañinos.
Sin embargo, más de tres años después, la promesa aún no se ha cumplido. En su lugar, la ministra Saks ha mantenido varias reuniones con la industria del vapeo, lo que ha generado preocupación en los grupos de salud pública.
Aunque Saks aseguró que las restricciones de sabores aún estaban en marcha, las reuniones con los grupos de control de nicotina no han producido resultados concretos, y el gobierno ha optado por retrasar las acciones.
La larga espera y los efectos de la industria del vapeo
Mientras tanto, varias provincias canadienses, como Quebec y Nueva Escocia, han implementado sus propias restricciones a los sabores. Sin embargo, el gobierno federal aún no ha tomado medidas concretas, lo que está generando frustración en los médicos y expertos en salud pública.
El doctor Robert Strang, oficial principal de salud de Nueva Escocia, advirtió que es esencial una prohibición nacional de sabores para que las regulaciones sean fáciles de implementar en todo el país.
«Es preocupante. Reconozco que el proceso político puede ser lento, pero ciertamente es frustrante», dijo Strang. «Debemos actuar rápidamente y de manera contundente. No creo que necesitemos más evidencia», agregó, refiriéndose a los estudios que demuestran que los sabores en los vapeadores son un factor clave para que los jóvenes se inicien en el vapeo.
Según la Encuesta Canadiense de Tabaco y Nicotina, dos de cada tres adolescentes que vapean nunca han fumado cigarrillos. «Estamos creando toda una nueva generación de personas adictas a la nicotina. Y la nicotina no es una droga benigna», afirmó Strang, señalando que el vapeo podría estar causando daños pulmonares periféricos, en comparación con el daño central que produce el cigarro tras décadas de consumo.
El debate y la influencia de la industria del vapeadores
La industria del vapeo ha resistido fuertemente la prohibición de los sabores, argumentando que podría crear un mercado ilícito y hacer que el producto sea menos atractivo para los fumadores adultos que buscan una alternativa más segura a los cigarrillos. Sin embargo, Strang recordó que el vapeo nunca ha sido aprobado como una herramienta para dejar de fumar.
David Hammond, investigador en salud pública de la Universidad de Waterloo, afirmó que el vapeo es efectivo para algunos adultos como herramienta para dejar el tabaco. Sin embargo, el problema es que el vapeo es mucho más popular entre los jóvenes que entre los adultos fumadores.
Hammond subrayó que los sabores son una de las principales razones detrás de esta popularidad juvenil: «Tenemos cientos de sabores en el mercado… como algodón de azúcar y arándano hielo, sabores que muchos pensarían que están dirigidos a los niños», comentó.
Un futuro complicado para la regulación
Para Callard, de Physicians for a Smoke-Free Canada, el lento progreso del gobierno canadiense ha permitido que la industria tabaquera reemplace la epidemia de tabaquismo de Canadá por una epidemia de vapeo. «Llegó un punto en que es muy difícil hacer algo al respecto», dijo Callard, recordando que cuando el vapeo llegó al mercado en 2018, el gobierno liberal permitió su venta libre, con la esperanza de que ayudaría a los fumadores a dejar los cigarrillos. «Nunca aceptaron las advertencias que les dimos de que los jóvenes probablemente lo adoptarían en mayor medida que los fumadores», agregó.
La industria del tabaco, que posee muchas de las principales marcas de vapeo en Canadá, sigue teniendo una influencia significativa sobre el proceso político. A pesar de la creciente evidencia en contra, la lucha por la prohibición de los sabores continúa siendo un desafío, dejando a muchos expertos en salud pública con la sensación de que la oportunidad para proteger a los jóvenes está pasando lentamente.
El futuro del vapeo en Canadá parece cada vez más incierto, mientras los grupos de salud pública luchan contra una industria poderosa y un gobierno que, a pesar de las promesas, sigue demorando las restricciones necesarias para frenar el auge de esta nueva forma de adicción.
Crédito fotográfico: Infinite Recovery