THE LATIN VOX (31 de Octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
Las autoridades sanitarias de Canadá han emitido una alerta anticipada para una probable “temporada de gripe severa” durante el invierno de 2025-2026 y están intensificando su campaña de vacunación tras observar factores que aumentan la vulnerabilidad del sistema de salud. Según informa el medio canadiense Ottawa Citizen, los expertos advierten que la simultaneidad de gripe, COVID-19 y virus respiratorios como el VRS (virus respiratorio sincitial) podría generar una presión considerable sobre hospitales y centros de atención primaria.
Factores que elevan la alerta
Las razones tras la preocupación de los profesionales de salud son múltiples:
- La inmunidad colectiva frente a la gripe se ha erosionado tras años marcados por medidas sanitarias estrictas contra el COVID-19, lo cual ha reducido la circulación natural de virus gripales y ahora el sistema inmunológico poblacional está menos “entrenado”.
- Los sistemas de salud ya enfrentan tensiones debido a efectos post-pandemia: listas de espera prolongadas, saturación de camas, falta de personal en enfermería y médicos, lo que reduce la capacidad de respuesta ante un pico elevado de casos.
- Las campañas de vacunación anteriores mostraron que la eficacia de la vacuna de la gripe varía cada temporada depende de qué tan bien coincidan las cepas vacunales con las cepas circulantes, lo que genera incertidumbre adicional.
- La llegada simultánea del frío, los virus respiratorios estacionales y mayor movilización social tras los confinamientos multiplica el riesgo de “tormenta perfecta” para los servicios de salud.
Qué se está haciendo desde la política y la salud pública
Para mitigar la presión anticipada, el gobierno canadiense y los entes provinciales han adoptado varias medidas:
- La Ottawa Public Health ya ha anunciado que a partir del 27 de octubre de 2025 están disponibles las vacunas contra la gripe para todas las personas de seis meses o más en Ontario: el acceso se amplía progresivamente a través de farmacias, clínicas comunitarias y centros de salud pública.
- Se recomienda que la población se vacune antes del inicio de la temporada alta, ya que la protección óptima requiere aproximadamente dos semanas desde la inoculación.
- Las autoridades están promoviendo la vacunación combinada: junto a la gripe, se alienta a ponerse al día con la vacuna contra el COVID-19 y otras inmunizaciones recomendadas, especialmente para personas en grupos de riesgo.
- Campañas de comunicación pública animan a la población a acudir a la vacuna y a adoptar medidas de protección adicionales: uso de mascarillas en espacios cerrados con alta circulación viral, evitar contacto con personas enfermas, higiene de manos frecuente y estar en casa si se presentan síntomas respiratorios.
Impactos potenciales y por qué importa
Sobre los pacientes y la población general
- Una temporada de gripe más severa podría traducirse en más hospitalizaciones, más complicaciones graves y mayor mortalidad, especialmente en adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, y comunidades vulnerables.
- Además, un alto volumen de casos gripales puede generar un efecto dominó en la salud pública: saturación de urgencias, interrupciones en servicios médicos no relacionados con la gripe, falta de personal y recursos.
- También implica un riesgo de co-infecciones: gripe más COVID-19 o gripe más VRS pueden agravar el estado clínico y complicar los tratamientos.
Para el sistema de salud y la economía
- Si el sistema hospitalario se acerca a su límite, aumentan los costos, los tiempos de espera, y los servicios podrían redirigirse o colapsar parcialmente.
- La productividad laboral puede verse afectada por ausentismos masivos: escuelas, transporte público, sector servicios podrían afrontar disrupciones.
- Las autoridades sanitarias subrayan que la prevención (vacunación) es mucho más económica que la respuesta a una crisis sanitaria masiva.
¿Qué debe hacer la población? Recomendaciones clave
- Vacunarse cuanto antes: aunque la temporada aún no esté en su punto máximo, la vacunación temprana mejora la protección.
- No asumir inmunidad automática: aunque haya sido vacunado en años anteriores, cada temporada cambia y la vacuna puede variar en eficacia.
- Evitar contacto si hay síntomas: quedarse en casa ante fiebre, tos, congestión o malestar general ayuda a reducir la propagación.
- Refuerzo de medidas básicas: ventilación de espacios cerrados, lavado frecuente de manos, evitar multitudes en entornos cerrados si hay brotes localizados.
- Prestar atención a los grupos de riesgo: adultos mayores, personas con problemas cardiovasculares, pulmonares, inmunodeprimidos o embarazadas deben asegurarse de estar cubiertos y, si es posible, vacunarse antes que el resto.
Escenarios a vigilar en los próximos meses
- Escenario moderado: la vacunación temprana y las medidas de salud pública logran reducir el impacto, la temporada es severa pero manejable.
- Escenario grave: la vacuna tiene menor coincidencia con las cepas que circulan, la cobertura es baja, y el sistema de salud se enfrenta a un pico elevado de casos, con saturación hospitalaria.
- Escenario óptimo: buena coincidencia de cepas, alta cobertura vacunal, y las medidas preventivas limitan los efectos adversos a niveles similares o solo ligeramente superiores a temporadas promedio.
La advertencia de las autoridades canadienses y en particular de Ottawa Public Health de que la temporada de gripe podría ser severa no es un mensaje alarmista, sino un llamado a la preparación colectiva.
En un mundo que aún lidia con el legado del COVID-19, la posibilidad de una doble o triple carga viral (gripe + COVID + VRS) añade complejidad a la gestión sanitaria. Pero también señala una oportunidad: la prevención (con vacunación y medidas simples) puede marcar la diferencia entre crisis y control.
Para Canadá, y para los ciudadanos de Ottawa y más allá, la pregunta no es solo si se vacunarán, sino si lo harán con la urgencia que el contexto exige. La hora de actuar es ahora.
Fuente: ottawacitizen.com
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