En un esfuerzo por apoyar a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa, Canadá decidió unirse a un plan liderado por Estados Unidos para adquirir sistemas avanzados de misiles tierra-aire (NASAMS) para Ucrania. Sin embargo, a pesar de la urgencia de la situación, el proceso de transferencia de fondos tomó cuatro meses, lo que ha generado críticas y preguntas sobre la eficiencia y rapidez de la respuesta canadiense.
La propuesta de compra del sistema de defensa aérea fue discutida por primera vez en noviembre de 2022 durante el Foro Internacional de Seguridad de Halifax, donde la entonces ministra de Defensa, Anita Anand, y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, abordaron la necesidad urgente de estos sistemas para proteger a Ucrania de los ataques con misiles balísticos rusos. En enero de 2023, Anand anunció oficialmente la compra planificada de $406 millones para el sistema NASAMS, pero el gobierno federal no transfirió los fondos a Estados Unidos hasta marzo de 2023, al final del año fiscal.
El ministro de Defensa, Bill Blair, ha defendido el retraso, argumentando que no contribuyó a la lentitud en la adquisición del sistema de defensa. Blair explicó que el proceso requería más que una simple conversación y acuerdo entre los funcionarios; también necesitaba la aprobación del Congreso de Estados Unidos y la formalización de un contrato, lo que añadió complejidad y tiempo al proceso.
A pesar de estas explicaciones, la demora ha suscitado preocupaciones sobre la capacidad de Canadá para responder rápidamente a las necesidades urgentes de sus aliados. Durante el período de espera, Ucrania continuó enfrentando una brutal campaña de misiles por parte de Rusia, que tenía como objetivo destruir la red eléctrica del país y causar bajas civiles.
El retraso también ha generado preguntas sobre la coordinación y comunicación entre los gobiernos de Canadá y Estados Unidos. Aunque ambos países han trabajado juntos en numerosos proyectos de defensa, la burocracia y los procedimientos legales parecen haber ralentizado este esfuerzo específico. Washington no pudo comenzar a negociar un contrato con los fabricantes hasta que tuvo tanto sus propios fondos como el dinero de Canadá en mano.
La situación subraya la importancia de la eficiencia y la rapidez en la toma de decisiones y la implementación de medidas de apoyo en tiempos de crisis. Mientras tanto, Ucrania sigue esperando la llegada del sistema de defensa aérea prometido, que aún está a meses de ser entregado.
Aunque la intención de Canadá de apoyar a Ucrania es clara y bien intencionada, la ejecución de esta promesa ha sido menos que ideal. La demora en la transferencia de fondos y la complejidad del proceso burocrático han puesto de manifiesto los desafíos que enfrentan los gobiernos al intentar coordinar esfuerzos de defensa en un entorno internacional complejo y en rápida evolución.