La devastación causada por un reciente huracán en Cuba ha dejado a muchos viajeros canadienses en una situación precaria. Turistas y residentes temporales han descrito una situación crítica, caracterizada por apagones, escasez de agua y falta de recursos básicos, en un contexto que podría prolongarse dada la infraestructura limitada y las dificultades para recibir asistencia externa.
Tras el paso de un poderoso huracán que azotó severamente a la isla, los turistas canadienses se enfrentan a múltiples adversidades, pues los servicios básicos han quedado gravemente afectados. «No hay electricidad» es el reclamo común de los viajeros, quienes reportan haber estado días sin acceso a corriente eléctrica y enfrentan dificultades para comunicarse con sus familiares en Canadá debido a la interrupción de los servicios de telefonía y datos móviles.
Cuba, que ya afrontaba una crisis energética y económica agravada en los últimos años, se ha visto aún más afectada por el huracán, lo que ha dejado a la isla con limitadas capacidades para responder de inmediato. La falta de energía ha impactado el funcionamiento de aeropuertos, hoteles y servicios esenciales, lo que dificulta la evacuación o la salida de los turistas afectados. Muchos viajeros se encuentran en la incertidumbre, ya que las aerolíneas aún no han confirmado vuelos de regreso debido a la situación en los aeropuertos y la falta de comunicaciones efectivas.
El gobierno de Canadá ha emitido alertas para que los ciudadanos reconsideren sus viajes a Cuba en los próximos días. Las autoridades canadienses en el consulado de La Habana están al tanto de la situación y han solicitado a los ciudadanos en territorio cubano que mantengan la calma y sigan las indicaciones de los servicios locales de emergencia. Sin embargo, la respuesta gubernamental ha sido limitada, dada la complejidad de la situación y las restricciones que enfrenta la infraestructura cubana para restaurar los servicios de inmediato.
El consulado canadiense ha proporcionado algunos números de emergencia y ha exhortado a los canadienses afectados a utilizar estos medios en caso de necesidad extrema. No obstante, la capacidad de respuesta de estas oficinas es limitada, y muchos turistas expresan su frustración por la falta de asistencia directa.
Cuba se enfrenta a un gran reto para restaurar los servicios básicos, especialmente en áreas turísticas. La isla depende en gran medida del turismo, por lo que los esfuerzos se han concentrado en restaurar las zonas con mayor flujo de visitantes. Sin embargo, la infraestructura energética y de servicios de comunicación es frágil y, después de cada temporada de huracanes, los tiempos de recuperación suelen ser prolongados debido a la falta de materiales, la crisis económica y el embargo que complica la llegada de ayuda internacional.
Algunas organizaciones humanitarias han ofrecido apoyo para distribuir alimentos y agua potable, pero el acceso es restringido en algunas áreas debido a las inundaciones y el daño en las carreteras. Se espera que la recuperación sea gradual, aunque para muchos canadienses varados en la isla, la espera puede ser prolongada y la situación podría complicarse si no se logran restablecer los servicios esenciales a corto plazo.
Las experiencias compartidas por algunos canadienses en redes sociales ilustran la difícil situación en la que se encuentran. Uno de ellos, John Miller, comentó que los hoteles están operando con generadores de respaldo, pero estos solo proveen electricidad en horarios específicos, lo cual limita el acceso al agua caliente y dificulta la carga de dispositivos de comunicación. “Es difícil estar aquí sin saber cuándo vamos a poder regresar o contactar a nuestros familiares”, comentó.
Otra turista canadiense, Sara Thompson, advirtió sobre las condiciones sanitarias que están empeorando debido a la falta de agua y la acumulación de residuos en zonas urbanas. “La situación es realmente complicada. No podemos movernos con facilidad y muchos de los supermercados o mercados están cerrados. Nos sentimos atrapados y sin mucha información”, explicó Sara en una publicación que rápidamente captó la atención de otros viajeros en condiciones similares.
A raíz de esta situación, las autoridades canadienses han enfatizado la importancia de que los ciudadanos en Cuba se mantengan informados a través de fuentes confiables y sigan las indicaciones locales. Se aconseja a los turistas que se queden en lugares seguros y eviten viajar dentro del país mientras los daños son evaluados y reparados. También es esencial que los viajeros cuenten con baterías portátiles y otros recursos de emergencia para casos de cortes eléctricos prolongados.
La situación en Cuba podría tardar varias semanas o incluso meses en estabilizarse, dependiendo de los recursos disponibles y del apoyo internacional. Para Canadá, esta situación plantea también un reto logístico, ya que debe coordinar el regreso seguro de sus ciudadanos sin entorpecer las labores locales de reconstrucción y restauración de servicios.