Un grupo de canadienses que se encuentran en Gaza desde hace meses están esperando poder salir de la zona de conflicto, que vive una escalada de violencia entre Israel y Hamas. Los canadienses, que viajaron a Gaza por motivos familiares, humanitarios o de trabajo, se han visto afectados por el cierre de las fronteras, los cortes de electricidad, la escasez de agua y alimentos, y los constantes bombardeos.
Según el texto, hay alrededor de 250 canadienses registrados en Gaza, pero se estima que el número real podría ser mayor. Algunos de ellos han solicitado al gobierno canadiense que les ayude a salir de Gaza, pero hasta ahora no han recibido ninguna respuesta concreta. El gobierno canadiense ha dicho que está trabajando con sus socios internacionales para facilitar la evacuación de los canadienses, pero que la situación es muy compleja y peligrosa.
Uno de los canadienses atrapados en Gaza es Mohammed Alshaer, un estudiante de doctorado de la Universidad de Windsor, que viajó a Gaza en febrero para visitar a su familia y hacer una investigación sobre el impacto psicológico de la ocupación israelí. Alshaer dice que vive con miedo y ansiedad, y que no puede concentrarse en su trabajo académico. Él dice que ha intentado salir de Gaza por varios medios, pero que todos han fracasado. Él pide al gobierno canadiense que intervenga y que presione a Israel para que abra las fronteras.
Otra de las canadienses atrapadas en Gaza es Suzanne Abukhalaf, una trabajadora humanitaria de la Organización Mundial de la Salud, que llegó a Gaza en marzo para apoyar la respuesta a la pandemia de COVID-19. Abukhalaf dice que la situación sanitaria en Gaza es muy grave, y que los hospitales están saturados y carecen de medicamentos y equipos. Ella dice que ha sido testigo de la muerte y el sufrimiento de muchas personas, y que se siente impotente e indignada. Ella pide al gobierno canadiense que haga más para proteger a los civiles y para detener la violencia.
Los canadienses atrapados en Gaza no son los únicos que están en riesgo. Según el texto, más de 200 personas han muerto y más de 1.400 han resultado heridas desde que comenzaron los enfrentamientos entre Israel y Hamas el 10 de noviembre. La mayoría de las víctimas son palestinas, incluyendo niños, mujeres y ancianos. La comunidad internacional ha llamado a un alto el fuego inmediato y a una solución pacífica del conflicto, pero hasta ahora no se ha logrado ningún avance.