Un nuevo estudio publicado en una destacada revista médica ha encendido el debate sobre los riesgos asociados al consumo de carne roja, al sugerir que este alimento podría estar relacionado con un aumento en la probabilidad de desarrollar demencia. Los investigadores, liderados por un equipo de la Universidad de Oxford, analizaron datos de más de 500,000 personas en el Reino Unido, descubriendo que aquellos con un consumo elevado de carne roja presentaban un riesgo significativamente mayor de sufrir demencia en comparación con quienes la consumían con moderación o evitaban su ingesta.
La investigación analizó datos recopilados durante un periodo de seguimiento de 10 años. Se encontró que los participantes que consumían más de 50 gramos de carne roja al día tenían un 20% más de probabilidades de desarrollar demencia que aquellos que limitaban su consumo a cantidades menores o nulas. Aunque los resultados no prueban una relación causal directa, los científicos plantean que los niveles elevados de grasas saturadas y los compuestos químicos generados durante el cocinado de la carne roja podrían desempeñar un papel en los procesos inflamatorios y neurológicos que aumentan el riesgo de esta enfermedad.
Sin embargo, el estudio también ha sido recibido con escepticismo por algunos expertos, quienes señalan la necesidad de considerar otros factores como el estilo de vida, la genética y la dieta general de los participantes. Organizaciones de la industria alimentaria han pedido cautela al interpretar los resultados, argumentando que la carne roja puede formar parte de una dieta equilibrada si se consume con moderación. Este hallazgo se suma a un creciente cuerpo de evidencia que insta a reconsiderar los patrones de consumo alimenticio en favor de una mayor incorporación de proteínas vegetales y fuentes de grasas saludables.