Mark Carney anuncia que eliminará el impuesto al carbono y aplicará aranceles por «ajuste de carbono en las fronteras» a las importaciones.

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Foto: Justin Tang

Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá y candidato a la dirección del Partido Liberal, ha anunciado su intención de eliminar el impuesto al carbono para los consumidores, una política que ha generado divisiones en Canadá.

En su lugar, propone un plan integral que incluye aranceles sobre productos importados de países sin impuestos al carbono, el incremento de la carga fiscal sobre las industrias canadienses con mayores emisiones y la creación de incentivos para los consumidores que adquieran bienes ecológicos.

En un evento en Halifax el pasado viernes, Carney afirmó que el actual impuesto al carbono ha causado demasiada polarización y que es necesario un nuevo enfoque que logre apoyo generalizado. “Dado que la política climática de Canadá se ha vuelto demasiado divisiva, es momento de avanzar hacia un plan más efectivo y que todos puedan respaldar”, declaró ante el público presente.

El impuesto al carbono para los consumidores ha sido uno de los pilares de la política climática del gobierno liberal de Justin Trudeau desde su implementación en 2019.

Sin embargo, la creciente oposición por parte de la ciudadanía y los partidos conservadores ha puesto en riesgo su viabilidad. En un intento de calmar las críticas, Trudeau ya había concedido una excepción de tres años para el uso de calefacción con gasóleo, lo que algunos interpretaron como una señal de retroceso en la política climática.

Carney, en cambio, sugiere eliminar el impuesto directamente y sustituir el actual sistema de reembolsos de carbono por incentivos dirigidos a mejorar la eficiencia energética de los hogares y los medios de transporte. Entre las medidas propuestas se incluyen:

  • Subsidios para la sustitución de sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles por bombas de calor eléctricas.
  • Incentivos para la compra de vehículos eléctricos y transporte ecológico.
  • Programas de eficiencia energética para aislamiento térmico y reducción del consumo de energía en los hogares.

Uno de los puntos más destacados del plan de Carney es la creación de un “Mecanismo de Ajuste en la Frontera por Carbono”, una medida que impondría aranceles a productos importados de países que no aplican regulaciones ambientales equivalentes. Entre los sectores afectados se encuentran:

  • Acero
  • Productos químicos
  • Cemento
  • Aluminio

Estos aranceles buscan evitar la fuga de carbono y proteger a las industrias canadienses que enfrentan costos más altos debido a regulaciones ambientales más estrictas.

La propuesta de Carney llega en un momento en el que el debate sobre el cambio climático se encuentra en el centro de la agenda política canadiense.

Mientras los sectores ambientalistas aplauden medidas que fomenten la reducción de emisiones, otros advierten sobre los posibles efectos negativos en la economía, particularmente en las industrias afectadas por los nuevos aranceles.

Desde la oposición conservadora, se ha criticado la falta de detalles en la implementación de este nuevo sistema y se cuestiona la viabilidad de eliminar el impuesto sin generar un vacío fiscal.

Sin embargo, Carney ha defendido su propuesta asegurando que la combinación de incentivos, impuestos industriales y aranceles garantizará una transición justa y sostenible.

El plan aún debe ser debatido en profundidad dentro del Partido Liberal y posteriormente en el Parlamento. No obstante, representa un intento significativo de reformular la política climática de Canadá, buscando reducir las emisiones sin generar un impacto negativo en los consumidores.

Con las elecciones en el horizonte, esta propuesta podría marcar un punto de inflexión en el debate sobre el cambio climático en el país. Ahora resta ver si los canadienses respaldarán este nuevo enfoque o si preferirán mantener el modelo actual.


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