
THE LATIN VOX (18 de septiembre de 2025).- Por Daniela Medina.
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, llegó a México para reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum, en un intento de reparar una relación bilateral que se vio afectada en los últimos años y que hoy adquiere un carácter estratégico frente a las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump, quien insiste en imponer nuevos aranceles y condicionar el futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La visita, de dos días, representa un giro en la estrategia de Ottawa, que hasta hace poco barajaba la posibilidad de negociar un acuerdo comercial bilateral con Washington que excluyera a México. Esa propuesta surgida en medio de presiones estadounidenses sobre migración y fentanilo fue vista en la capital mexicana como un gesto de deslealtad y desató tensiones diplomáticas.
Hoy, sin embargo, Carney apuesta a enviar un mensaje distinto: “Canadá quiere fortalecer su relación con México, escuchar sus preocupaciones y trabajar de la mano en un frente común ante Estados Unidos”, señalaron fuentes diplomáticas citadas por The Washington Post.
Un inicio marcado por la desconfianza
La relación entre Canadá y México, aunque históricamente cordial, entró en una fase difícil el año pasado:
- Ottawa restableció visas para ciudadanos mexicanos, alegando que muchos usaban a Canadá como puente hacia Estados Unidos, lo que generó molestia en el gobierno de Sheinbaum.
- Diplomáticos canadienses cuestionaron las reformas judiciales impulsadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, lo que llevó a México a congelar temporalmente contactos con la embajada canadiense.
- Cuando Trump amenazó con aranceles “castigadores” a ambos países, líderes provinciales en Canadá sugirieron un acuerdo bilateral que dejara a México fuera, reforzando la percepción de exclusión.
Incluso, voces políticas como la del premier de Ontario, Doug Ford, calificaron a México como una “puerta trasera” para importaciones chinas, mientras que la líder de Alberta, Danielle Smith, aseguró que un pacto directo con Washington permitiría a Canadá eludir tarifas.
El peso de Trump y la urgencia de una alianza
La presión de Trump sobre el comercio norteamericano ha sido constante desde su regreso al poder. Aunque la mayor parte del fentanilo que llega a Estados Unidos entra por la frontera sur, el mandatario estadounidense ha aplicado aranceles del 35 % a ciertos bienes canadienses, al tiempo que concedió a México una extensión de 90 días para renegociar términos.
El resultado, según el gobernador del Banco de Canadá, Tiff Macklem, es un fuerte golpe a sectores clave como acero, aluminio y automóviles, lo que está afectando exportaciones y elevando el desempleo.
En este contexto, expertos señalan que dividir a Canadá y México solo debilitaría sus posiciones. “Si ambos negocian por separado, Trump puede aplicar fácilmente una estrategia de divide y vencerás”, explicó Diego Marroquín Bitar, del Center for Strategic and International Studies.
Comercio subutilizado y oportunidad de cooperación
A pesar de compartir el T-MEC desde 1994, el comercio directo entre Canadá y México sigue siendo reducido:
- En 2024, solo el 1,2 % de las exportaciones canadienses tuvieron como destino México.
- Para México, apenas el 3 % de sus ventas externas llegaron a Canadá.
El resto se dirige, abrumadoramente, a Estados Unidos.
Para analistas como Graeme Clark, exembajador canadiense en México, esto refleja una falta de visión: “Nos hemos tomado a México como un hecho y ellos a nosotros como una idea secundaria. Eso debe cambiar”.
La apuesta de Carney
Desde su elección en abril, Carney ha moderado su discurso, después de haber prometido inicialmente una postura de “codos arriba” frente a Trump. Ahora busca diversificar las exportaciones, impulsar el comercio interno y acelerar proyectos de infraestructura que reduzcan la dependencia canadiense del mercado estadounidense.
En México, su objetivo inmediato es reconstruir la confianza y trazar proyectos bilaterales que puedan blindar a ambos países frente a las presiones de Washington. Entre los temas en la mesa se incluyen:
- Nuevos acuerdos de inversión en manufactura y energía.
- Cooperación en seguridad fronteriza y lucha contra el narcotráfico.
- Iniciativas conjuntas en foros internacionales para fortalecer la defensa del libre comercio.
La visita de Carney a México busca ser mucho más que un gesto diplomático. Representa un esfuerzo por redefinir la relación entre dos países que, pese a compartir intereses estratégicos, se han tratado durante décadas como socios secundarios.
La amenaza de Trump y la revisión del T-MEC han colocado a Canadá y México frente a una disyuntiva: permanecer aislados y vulnerables o construir un frente unido que aumente su poder de negociación.
Como señaló Marroquín Bitar: “El contexto actual está obligando a ambos a reconocer algo que parecía evidente desde hace tiempo: en Norteamérica, ni Canadá ni México pueden enfrentar solos a Estados Unidos”.
Fuente: www.washingtonpost.com
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