Carney desafía a Trump: “Solo firmaremos un acuerdo comercial si es en beneficio de los canadienses”

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THE LATIN VOX (23 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un momento crucial para la economía canadiense y las relaciones bilaterales con Estados Unidos, el primer ministro Mark Carney ha dejado en claro que su gobierno no cederá ante la presión del presidente Donald Trump.

En declaraciones firmes, Carney afirmó que Canadá solo firmará un nuevo acuerdo comercial si este responde al interés nacional, incluso si eso significa dejar pasar la fecha límite del 1 de agosto.

“El Gobierno de Canadá no aceptará un mal acuerdo”, dijo Carney el martes en Huntsville, Ontario. “Nuestro objetivo no es alcanzar un acuerdo a cualquier costo, sino uno que beneficie a los canadienses.”

Las palabras del primer ministro llegan en medio de negociaciones complejas con la Casa Blanca, en un contexto de crecientes tensiones provocadas por los aranceles estadounidenses al acero, aluminio, madera y vehículos canadienses.

Premiers unidos en Muskoka

Carney se dirigió a los primeros ministros provinciales reunidos en la región de Muskoka, donde Doug Ford, premier de Ontario, organizó tres días de conversaciones sobre la respuesta coordinada de las provincias a la guerra comercial lanzada por Trump.

Durante la reunión, Carney enfatizó que un buen acuerdo debe reforzar la relación histórica con Estados Unidos, pero también preservar la libertad de Canadá para diversificar su comercio internacional. “Nuestro teléfono no para de sonar con propuestas de otros países que quieren hacer más negocios con Canadá”, señaló, destacando sus más de 80 reuniones bilaterales con líderes globales desde que asumió el cargo.

Más allá del 1 de agosto: Firmeza frente al reloj

Mientras el reloj avanza hacia la fecha límite autoimpuesta por Washington, varios líderes provinciales respaldan el enfoque cauteloso de Carney.

“Queremos el mejor acuerdo, no el más rápido”, afirmó Susan Holt, primera ministra de New Brunswick.

Tim Houston, premier de Nueva Escocia, expresó plena confianza en el equipo negociador: “Tengo una enorme confianza en el primer ministro y en el equipo que nos representa.”

El premier de Quebec, François Legault, fue más escéptico sobre el futuro inmediato del pacto: “¿Qué podemos conseguir? Casi habría que preguntarle a Donald Trump, y ni siquiera estoy seguro de que él lo sepa.”

Doug Ford, por su parte, se mostró optimista pero pragmático: “El acuerdo es realista, pero tenemos que centrarnos en fortalecer nuestra economía, no en adivinar qué hará Trump.”

Seguridad energética y soberanía económica

La discusión sobre comercio también abrió la puerta a un debate más amplio sobre la soberanía energética de Canadá.

En medio del escepticismo creciente hacia la fiabilidad de Estados Unidos como socio energético, Ford, junto con los premiers de Saskatchewan (Scott Moe) y Alberta (Danielle Smith), firmaron un memorando de entendimiento para avanzar en la construcción de nueva infraestructura energética dentro del país.

“Ya no podemos depender de los estadounidenses. Así de simple”, declaró Ford.

Moe advirtió que Canadá debe evitar el error de Europa, que sufrió una fuerte crisis energética por su dependencia del gas ruso. “Tenemos que mantener una discusión madura sobre cómo llevar el petróleo y el gas del oeste canadiense al centro y este del país, por nuestro propio bien.”

Smith fue aún más directa: “Un oleoducto enteramente canadiense es algo que deberíamos haber hecho hace décadas.”

Manitoba, sin embargo, no firmó el acuerdo, con el premier Wab Kinew insistiendo en que cualquier gran proyecto de infraestructura requiere primero el consenso de las comunidades indígenas afectadas.

La nueva oficina para megaproyectos

Para facilitar estas inversiones estratégicas, Carney anunció que su oficina federal para proyectos económicos —creada bajo la nueva ley C-5, la Ley de Una Sola Economía Canadiense— abrirá sus puertas antes del Día del Trabajo.

Esta oficina será un punto único de contacto para provincias, empresas y comunidades que quieran impulsar megaproyectos como puertos, minas, oleoductos o plantas de energía.

¿Una batalla de voluntades entre Ottawa y Washington?

La postura de Carney podría colocar a Canadá en curso de colisión con la administración Trump, especialmente en un momento en que Estados Unidos ha cerrado acuerdos con Japón, Reino Unido, Filipinas e Indonesia.

Pero el mensaje desde Ottawa es inequívoco: Canadá no negociará desde una posición de debilidad.

En un clima político global donde la presión y la prisa suelen marcar el tono de las negociaciones, Carney ha optado por algo poco habitual: la paciencia estratégica.

Con un apoyo político provincial cada vez más sólido y una ciudadanía que valora la integridad sobre la improvisación, el primer ministro parece dispuesto a jugar el juego largo, aunque eso signifique enfrentarse al impredecible inquilino de la Casa Blanca.

“Tenemos otras opciones. Canadá tiene mucho que ofrecer al mundo. Pero sobre todo, tenemos dignidad”, concluyó.

Crédito fotográfico: Nathan Denette | Credit: THE CANADIAN PRESS


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