
THE LATIN VOX (6 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
En un movimiento que refuerza la urgencia diplomática en la era del proteccionismo, el primer ministro canadiense Mark Carney regresará a Washington la próxima semana para retomar conversaciones con el presidente Donald Trump sobre aranceles, comercio y seguridad. Las negociaciones, que habían estado estancadas, vuelven al centro del escenario político con implicaciones profundas para las industrias exportadoras y la relación bilateral entre ambos países.
La reunión, prevista para el martes 7 de octubre, sucede en un contexto marcado por tensiones en sectores clave como acero, aluminio y automóviles, cuyo impacto se siente en la economía canadiense al ser los Estados Unidos el destino de la mayoría de sus exportaciones.
Antecedentes: aranceles, represalias y revisiones del tratado comercial
Durante los últimos meses, Estados Unidos ha mantenido aranceles sectoriales elevados sobre bienes canadienses, especialmente en hierro, acero y ciertas partes automotrices. Canada ha respondido en ciertos casos con medidas de represalia, generando un ciclo tenso de sanciones económicas.
Carney ha descrito el momento como el inicio de una nueva era en las relaciones Canadá–EE. UU., donde la dependencia tradicional cede espacio a una postura más firme y defensiva frente a medidas arancelarias que Canadá considera injustificadas.
El intercambio comercial entre ambos países es masivo: más de 75 % de las exportaciones canadienses tienen como destino EE. UU., por lo que la estabilidad del acceso al mercado estadounidense es esencial para la economía nacional.
Objetivos de la visita: qué espera Canadá obtener
Eliminación de aranceles
El objetivo más inmediato de Canadá es persuadir a la administración Trump para que elimine o suavice los aranceles impuestos, especialmente aquellos que afectan industrias clave como la minería, la metalurgia y los manufacturados.
Para Canadá, el argumento es tanto económico como estratégico: recuperar la plena competitividad internacional de sus exportaciones y restaurar la confianza entre los sectores productivos que han sufrido por las restricciones arancelarias.
Revisión del USMCA
La reunión tendrá lugar en el contexto preparatorio de la primera revisión conjunta del acuerdo comercial trilateral USMCA (Estados Unidos-México-Canadá). Canadá busca que esta revisión no solo consolide el trato existente, sino que corrija desequilibrios y fortalezca defensas contra medidas unilaterales arancelarias.
Defensa, energía y minería estratégica
Además del comercio, los temas de seguridad, defensa, acceso a minerales críticos y cooperación energética serán parte de la agenda. En negociaciones previas, Canadá ha planteado propuestas para aumentar su rol en proyectos conjuntos y protección de intereses en el Ártico.
Imagen diplomática y mensaje de soberanía
Carney busca proyectar una narrativa firme: Canadá no aceptará imposiciones que comprometan su soberanía económica ni se doblegará ante presiones externas. Su estrategia diplomática debe equilibrarse entre la firmeza y la apertura al diálogo.
Riesgos, tensiones y amenazas en el camino
Humillaciones públicas y retórica agresiva
Donald Trump ya ha usado retórica provocadora en múltiples ocasiones por ejemplo, insinuando que Canadá podría convertirse en el «estado 51» para quedar exento de aranceles, algo que Carney ha pedido abandonar públicamente.
La reunión en Washington podría convertirse en escenario mediático para declaraciones audaces de Trump que podrían poner en aprietos diplomáticos a Canadá si no está preparado para responder con firmeza.
Expectativas vs. realidad práctica
Si bien el público canadiense espera resultados tangibles como la eliminación de aranceles—, muchos analistas advierten que estos acuerdos raramente se resuelven de forma inmediata. Es probable que solo se concreten avances en ciertos sectores, mientras otros queden en compromisos condicionales.
Presión interna y oposición política
Carney enfrenta presión por parte de la oposición política canadiense para no ceder concesiones débiles. Si regresa de Washington sin progresos sustanciales, podría ser criticado por falta de liderazgo o concesiones excesivas.
Dependencia estructural
Canadá, al depender en gran medida del mercado estadounidense, tiene una posición estructural más débil, especialmente frente a medidas económicas agresivas. Lograr beneficios sustanciales requerirá un juego diplomático inteligente y alianzas internacionales.
Escenarios posibles tras el encuentro
- Acuerdo parcial con levantamiento selectivo de aranceles
Trump podría aceptar eliminar ciertos aranceles sectoriales como gesto diplomático, sin comprometer otros. - Compromisos condicionados y calendario gradual
Canadá podría conseguir un cronograma para la eliminación de tarifas, sujeto a cumplimiento tecnológico, evaluaciones y garantías de reciprocidad. - Acuerdo amplio que fortalezca la cooperación bilateral
Un pacto integral que abarque comercio, energía, defensa y minería estratégica abriría una nueva era en la relación Canadá-EE. UU. - Sin acuerdo y escalada del conflicto
Si Trump no cede, Canadá podría aplicar represalias adicionales o buscar alianzas con otros países para contrarrestar el impacto económico.
Importancia global y lecciones diplomáticas
Este episodio es un claro ejemplo contemporáneo de cómo, en un mundo donde el comercio y la tecnología son centrales, las potencias medianas como Canadá deben maniobrar con habilidad diplomática, defensa firme de intereses nacionales y capacidad para negociar en escenarios asimétricos.
Para la comunidad internacional, la forma en que Carney gestione sus negociaciones con Trump servirá de referencia sobre cómo los países con alta dependencia comercial pueden negociar en un contexto de creciente proteccionismo.
Fuente: www.theglobeandmail.com
Foto: www.infobae.com