Refugiado nigeriano afirma haber pagado un alto precio tras huir de EE.UU hacia Canadá

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Chidi Nwagbo, un hombre nigeriano de 57 años, compartió su traumática travesía hacia Canadá tras huir de las medidas represivas de inmigración en Estados Unidos.

En un relato desgarrador publicado el 14 de julio en medios canadienses, describe cómo pagar a traficantes de personas lo llevó a sufrir congelaciones severas, amputaciones y enfrentarse a una posible deportación a Nigeria, país que abandonó hace 37 años en busca de una vida segura .

Un viaje desesperado con consecuencias devastadoras

  • Nwagbo viajó hacia Quebec desde Nueva Jersey, canalizando al menos 2.000 USD a traficantes humanos para cruzar la frontera canadiense de manera irregular .
  • Durante la travesía, estuvo expuesto a temperaturas bajo cero, lo que le provocó congelaciones graves en manos y pies, dejando secuelas permanentes y extirpaciones quirúrgicas de varios dedos .

Represión migratoria como detonante

  • La decisión de huir surgió como respuesta a la intensificación de las políticas migratorias estadounidenses bajo la administración Trump, que endureció controles fronterizos y redujo vías legales de asilo .
  • Nwagbo indicó que su objetivo era evitar el arresto y posible deportación en EE. UU., y buscaba llegar a Canadá como país con un sistema de refugiados más accesible.

En custodia y riesgo de deportación

  • Tras alcanzar territorio canadiense y recibir atención médica, Nwagbo fue trasladado a custodia migratoria, donde actualmente enfrenta un proceso de deportación inminente a Nigeria, estado que abandonó en 1988 .
  • Ahora se encuentra en una encrucijada: con serias secuelas físicas y sin acceso a atención especializada, teme regresar a su país de origen en esas condiciones.

Reflexiones sobre el sistema y el precio del exilio

  • Nwagbo calificó su decisión como una “estupidez”, lamentando haber confiado en traficantes que lo dejaron marcadamente dañado y en una situación legal precaria.
  • Su historia refleja el sacrificio humano extremo detrás de la migración irregular y evidencia la necesidad de canales seguros y accesibles para quienes buscan refugio ante políticas migratorias cada vez más restrictivas.

Conclusión

El relato de Chidi Nwagbo ilustra el costo físico y emocional de una política migratoria que empuja a personas vulnerables a tomar decisiones drásticas. Más allá de las estadísticas, se trata de vidas puestas en riesgo por la falta de interlocución entre sistemas de asilo efectivamente garantizados, capacidad médica en tránsito y respeto a los derechos fundamentales de quienes huyeron de la persecución.


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