THE LATIN VOX (22 de septiembre 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
En una decisión que ha sorprendido a muchos, el gobierno chino anunció recientemente el cierre de su programa de adopción internacional. Esta medida pone fin a más de tres décadas de cooperación entre China y diversas naciones, permitiendo a miles de niños encontrar hogares en el extranjero. La noticia ha dejado a numerosos padres potenciales, especialmente en Canadá, preocupados y en busca de soluciones.
Desde que se estableció el programa, miles de familias canadienses han adoptado niños de China, convirtiendo este proceso en un camino viable y enriquecedor para aquellos que buscan expandir su familia. Sin embargo, el anuncio del cierre ha creado un vacío significativo, dejando a muchos con sentimientos de incertidumbre y tristeza.
Los motivos detrás de la decisión de China son complejos. El gobierno ha señalado que el cierre responde a una reducción en la cantidad de niños disponibles para adopción internacional, así como a un enfoque renovado en la promoción de la adopción nacional. A pesar de estas justificaciones, la medida ha provocado una ola de reacciones entre aquellos que habían iniciado el proceso de adopción.
Las familias canadienses afectadas están haciendo un llamado a su gobierno para que intervenga. A través de peticiones y manifestaciones, los padres potenciales han solicitado que Canadá establezca un diálogo con las autoridades chinas para buscar alternativas que permitan la continuación de las adopciones. Algunos han propuesto que se fomente un marco de cooperación que asegure que los niños en orfanatos chinos tengan la oportunidad de ser adoptados por familias amorosas en el extranjero.
Mientras tanto, organizaciones de adopción y defensores de los derechos de los niños han expresado su preocupación por el futuro de los menores que aún están en hogares temporales. La falta de un sistema robusto de adopción podría perpetuar situaciones de vulnerabilidad para muchos niños que necesitan urgentemente un hogar.
Las implicaciones de esta decisión no se limitan solo a los futuros padres, sino que también afectan a la comunidad internacional. Canadá ha sido uno de los principales países receptores de niños adoptados desde China, y el cierre del programa podría generar un efecto dominó en otras naciones que también dependen de la adopción internacional.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, las familias afectadas siguen esperando una respuesta de sus líderes y un futuro que les permita ofrecer un hogar lleno de amor a los niños que tanto lo necesitan. La situación sigue siendo incierta, pero la determinación de los padres potenciales para luchar por sus sueños de adopción es un testimonio de la esperanza y el amor que persisten en tiempos difíciles.
Crédito fotográfico: AP