Cientos de personas hacen fila en Ottawa para tener la oportunidad de conseguir un nuevo médico de familia

To shared

THE LATIN VOX (19 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina. 

En una escena que resume las tensiones actuales en el sistema de atención médica canadiense, centenares de ciudadanos en la zona de Kanata, al oeste de Ottawa, se presentaron en la clínica Active Care Clinic en un día frío y gris con la esperanza de registrarse como nuevos pacientes y acceder finalmente a un médico de familia. La iniciativa había sido anunciada por la clínica que afirmó poder aceptar entre 400 y 600 nuevos pacientes, hecho que generó una larga fila que llegó a extenderse desde el estacionamiento hasta la acera principal.

Este episodio pone de relieve un problema estructural: para muchos canadienses, encontrar un médico de familia se ha convertido en una tarea similar a una “lotería”, con esperas prolongadas, inseguridad y una creciente sensación de abandono. A continuación analizamos los detalles del caso, sus causas, implicaciones y posibles soluciones.

¿Qué pasó exactamente en Kanata?

La clínica Active Care emitió una convocatoria a nuevos pacientes bajo el patrocinio de un programa de expansión de atención primaria. En el anuncio se afirmó que estaba en condiciones de aceptar cientos de personas adicionales entre 400 y 600 bajo la premisa de que se podía asignar un médico de familia de forma relativamente rápida.

Sin embargo, lo que siguió fue una fila prolongada de personas que se reunieron en las afueras de la clínica en la madrugada para asegurar un lugar. Algunos llegaron antes del amanecer, soportando temperaturas bajas y la incertidumbre de si serían aceptados. El hecho genera imágenes de urgencia y de precariedad del acceso a servicios esenciales, en un país con cobertura de salud pública universal.

¿Por qué es significativo este episodio?

  1. Indicador de la crisis en atención primaria. Que cientos de personas deban literalmente “hacer fila” para conseguir un médico de familia refleja que la demanda supera con creces la oferta.
  2. Desigualdad y presión local. Aunque el sistema de salud canadiense es universal, la distribución de médicos de familia varía ampliamente por región, y las áreas suburbanas como Kanata también sufren escasez.
  3. Impacto en la continuidad de la atención. No tener médico de familia implica que muchos pacientes recurran a salas de emergencia, atención de urgencia o queden sin supervisión médica regular, lo que puede agravar enfermedades crónicas.
  4. Repercusión psicológica. Hacer “cola” para ser atendido en el sistema público puede minar la confianza de los ciudadanos en la salud pública y generar estrés o desesperanza.

Las causas del problema

  • Escasez de médicos de familia. Una parte clave del problema es la falta de profesionales disponibles para aceptar nuevos pacientes, ya sea por jubilaciones, mudança a servicios privados, sobrecarga laboral o cambio de especialidad.
  • Crecimiento de la población. Kanata y sus alrededores han experimentado crecimiento poblacional, lo cual incrementa la demanda de servicios de atención primaria.
  • Distribución desigual de profesionales. Las zonas rurales o menos centrales pueden tener más dificultad para atraer médicos de familia, pero también los suburbios crecientes ven un desfase en infraestructura médica.
  • Modelos de consulta sobrecargados. Los médicos que aceptan pacientes nuevos pueden llegar rápidamente a su capacidad máxima, lo que reduce la posibilidad de abrir cupos adicionales.
  • Expectativas de los pacientes. En un sistema público, los pacientes que todavía no tienen médico de familia tienen que depender de mecanismos secundarios como listas de espera o clínicas de acceso rápido, lo cual no reemplaza la atención de continuidad.

Implicaciones concretas para los pacientes

  • Retrasos en detección y manejo. Enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o enfermedades cardiovasculares requieren vigilancia continua; sin médico de familia, el control se vuelve más difícil.
  • Mayor uso de urgencias. Las personas sin médico de familia recurren más a salas de emergencia, que son más costosas para el sistema y menos eficientes para atención longitudinal.
  • Fragmentación del cuidado. Sin un médico de referencia, la atención puede ser discontinua, con menos coordinación entre especialistas, atención de urgencia y seguimiento.
  • Carga financiera indirecta. Aunque la atención es pública, la falta de médico puede sobrecargar a pacientes con costos indirectos: desplazamientos, jornadas más largas, impacto laboral o cuidar de familiares.
  • Impacto en salud mental. La incertidumbre de no tener un médico propio genera ansiedad, sensación de vulnerabilidad y menor satisfacción con el sistema de salud.

Qué soluciones se están planteando

  • Expansión del número de médicos de familia. Incluir incentivos para que nuevos médicos ingresen a atención primaria y para que ejerzan en áreas de alta demanda.
  • Movilidad interprovincial de profesionales. Facilitar licencias y traslados para que médicos de otras regiones puedan atender zonas deficitarias.
  • Clínicas de equipo interdisciplinario. Formar equipos que incluyan médicos de familia, enfermeras practicantes, trabajadores sociales y otros profesionales, para atender más pacientes y distribuir la carga.
  • Listas de espera transparentes. Crear sistemas públicos donde los pacientes puedan registrarse para médicos de familia y saber esperas estimadas, a fin de reducir la incertidumbre.
  • Expansión de clínicas comunitarias. Invertir en más centros de atención primaria en áreas en crecimiento, como suburbios de Ottawa, para absorber la demanda.
  • Tecnología y telemedicina. Ofrecer consultas virtuales y seguimiento remoto para pacientes que esperan asignación de médico, lo que puede aliviar la carga y mejorar el acceso.

Reflexión final

La imagen de cientos de ciudadanos haciendo fila ante una clínica para tener simplemente la oportunidad de registrar como nuevos pacientes ante un médico de familia es una fotografía potente de la tensión que vive el sistema sanitario en Canadá. En un país que ostenta cobertura universal de salud, el desafío no es sólo si los servicios están disponibles, sino si están accesibles y adecuados a la realidad actual de demanda.

El caso de Kanata es más que un evento local: es una señal para toda la nación. Sin reformas que amplíen la capacidad de atención primaria, que redistribuyan profesionales, y que adapten el sistema a cambios demográficos, la promesa de “acceso para todos” corre riesgo de vaciarse de contenido.

Los ciudadanos que hacen fila no piden algo extraordinario: piden simplemente una relación médica estable, alguien que los escuche, los cuide, los conozca. Y el sistema de salud canadiense y sus responsables políticos tienen la oportunidad de demostrar que esa demanda es prioritaria, urgente y más que justificable.

Fuente: www.cbc.ca

Foto: Google fotos


To shared