
THE LATIN VOX (31 de Octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
Una institución culinaria de Vancouver se despide. El reconocido restaurante chino de banquetes Floata Seafood Restaurant, ubicado en el corazón de Chinatown de Vancouver, cerró sus puertas definitivamente el pasado 30 de octubre, marcando el fin de un hito que comenzó en 1995 y acompañó generaciones de celebraciones y reuniones familiares.
Un legado de tres décadas
Desde su apertura en 1995 en el 400-180 Keefer Street, el restaurante Floata se convirtió rápidamente en un gigante del banquete tradicional chino en Vancouver. Con un espacio amplio destinado a bodas, reuniones corporativas, celebraciones de Año Nuevo chino y otros eventos comunitarios, se ganó un lugar en la memoria colectiva de la comunidad asiática y de la ciudad en general.
Durante años, sus salones repletos de mesas redondas, sus columnas doradas y su servicio a gran escala evocaron un ambiente festivo y comunitario clásico. Muchos vieron allí bautizos, bodas, reuniones de jubilación y encuentros generacionales. Ahora, ese escenario desaparece del mapa.
¿Por qué cerró? Contexto y factores
El cierre no fue súbito, sino el resultado de múltiples factores convergentes que reflejan el cambio urbano, comercial y demográfico de Chinatown, así como presiones propias del sector de la restauración.
- El contrato de arrendamiento del local llegó a su fin y, según se reporta, la ciudad de Vancouver decidió no renovarlo o exigir nuevas condiciones, lo cual desencadenó la clausura de un emblemático inquilino de la zona.
- La caída en demanda de banquetes tradicionales en Chinatown ha sido señalada por comentaristas: los tipos de celebración han cambiado, muchas familias migrantes han modificado sus hábitos de gasto, y el turismo de banquetes masivos ha disminuido. Según usuarios de redes, “ya no hay tantas familias buscando grandes salones”.
- Chinatown en Vancouver enfrenta una tasa de vacancia creciente de locales comerciales, según observadores urbanos: aunque los alquileres siguen relativamente bajos comparados con el centro, la actividad comercial tradicional ha venido decreciendo.
- Además, el mercado de restaurantes es particularmente exigente: altos costos operativos, mano de obra especializada, competencia de nuevos conceptos y cambios en patrones de consumo (por ejemplo, menor cantidad de invitados, eventos más íntimos) han impactado a negocios de banquetes.
Consecuencias para Chinatown y la comunidad
El cierre de Floata tiene implicaciones más allá de una sola empresa: simboliza una transformación del tejido urbano y cultural de Chinatown y plantea interrogantes acerca del futuro del barrio y su identidad.
- Pérdida de un destino de comunidad: Para muchas familias asiáticas en Vancouver y el Gran Vancouver, Floata era un espacio donde celebrar hitos importantes. Su desaparición deja un vacío emocional y logístico, obligando a buscar otros salones o cambiar el estilo de celebración.
- Impacto económico: Un local grande como el que ocupaba Floata generaba empleo directo (personal de cocina, banquetes, limpieza, administrativo) e indirecto (proveedores, floristas, fotógrafos, mantenimiento). Su cierre afectará esa cadena de valor local.
- Señal urbana: Que un negocio de renombre cierre tras 30 años puede interpretarse como una alerta de que el modelo de negocio de Chinatown está cambiando y que debe adaptarse. Algunos espacios podrían transformarse en emprendimientos diferentes, pero la identidad original de banquete tradicional podría debilitarse.
- Presión para renovación del barrio: Con locales vacíos y menos actividad de banquetes, Chinatown podría ver un aumento de espacios sin uso o transformados en tiendas orientadas a un público diferente (turistas, jóvenes profesionales, etc.). Esto ya es parte de un debate sobre preservación cultural versus modernización.
Opiniones desde la comunidad
En foros locales y redes sociales, usuarios expresaron tristeza y nostalgia ante el cierre. Una persona comentó:
“Tuve mi boda allí en 1998. Verlo irse me recuerda cuánto ha cambiado la ciudad.”
Otro usuario señaló que “quizás ya no se justifican salones tan grandes con tanta frecuencia” como antes, reflejando el cambio de hábitos sociales.
Desde el punto de vista de negocios, analistas locales creen que este tipo de cierre anticipa una tendencia: los grandes restaurantes de banquetes tradicionales deben reinventarse, diversificar servicios o adaptarse al nuevo contexto urbano y de consumo.
¿Qué sigue para el local y el barrio?
- El local de 400-180 Keefer Street queda ahora vacante o con transición hacia otro uso. Es probable que los propietarios o la ciudad busquen nuevos inquilinos que puedan ocupar el enorme espacio ya sea agrupando varias funciones (banquetes, coworking, eventos) o subdividiéndolo.
- El barrio de Chinatown deberá enfrentar el desafío de cómo mantener su vitalidad comercial y cultural: ¿se convertirá en un centro de eventos más pequeños? ¿Atraerá otros tipos de restaurantes o conceptos orientados a una generación más joven? La planificación urbana deberá responder.
- Para la comunidad asiática de Vancouver, puede abrirse una nueva etapa: salones más modestos, celebraciones descentralizadas, y quizás un cambio en la manera de celebrar en lugar de un gran evento masivo en un salón enorme.
El cierre del Floata Seafood Restaurant marca el cierre de un capítulo en la historia de Vancouver y de Chinatown: un capítulo de grandes banquetes, celebraciones multitudinarias y presencia comunitaria destacada. Pero también es el preludio de otro: el de un barrio que cambia, que reconfigura su modelo comercial y cultural, y en el que los espacios de celebración deberán adaptarse a nuevas realidades.
Este adiós no es solo el de un restaurante, sino el de un tiempo: el tiempo de aquellas recepciones multitudinarias, mesas infinitas y salones cargados de tradición. Y ante él, surge la oportunidad de imaginar algo distinto: vasos más pequeños, eventos íntimos, nuevos formatos, y una Chinatown que encuentra su nuevo pulso.
El reto estará en preservar el sentido de comunidad mientras se transforma y en adaptar el alma de un distrito histórico a la movilidad, la diversidad y el ritmo acelerado de la ciudad del siglo XXI.
Fuente: www.vancouverisawesome.com
Foto: Google fotos