
El sistema de salud de Columbia Británica enfrenta una crisis creciente debido a la falta de personal médico, lo que ha obligado al cierre temporal de varias salas de emergencia en el Lower Mainland. El pasado fin de semana, el Hospital Delta se vio obligado a cerrar sus puertas en dos ocasiones, dejando a los residentes sin acceso inmediato a servicios de urgencia y generando gran preocupación entre la comunidad.
Los problemas de personal en los centros de salud no son nuevos en la provincia, pero la situación se ha agravado en los últimos meses debido a la escasez de médicos de urgencias y enfermeras. La Asociación Médica de Columbia Británica ha advertido reiteradamente que sin reformas urgentes, estos cierres podrían volverse más frecuentes y prolongados.
El alcalde de Delta expresó su indignación ante la situación, calificándola de inaceptable. En declaraciones a los medios, hizo un llamado al gobierno provincial para que implemente soluciones concretas y duraderas que eviten más interrupciones en los servicios de emergencia. “No podemos permitir que nuestras salas de emergencia cierren repetidamente. La gente de nuestra comunidad necesita atención médica confiable y accesible”, afirmó el alcalde.
El cierre de emergencias en Delta no solo afecta a los residentes locales, sino que también ejerce una presión adicional sobre los hospitales cercanos, como el Surrey Memorial Hospital y el Richmond Hospital, que deben absorber el flujo de pacientes desviados. Esto provoca tiempos de espera más largos y una mayor carga de trabajo para el personal ya sobrecargado.
Ante esta crisis, el Ministerio de Salud de Columbia Británica ha anunciado que está trabajando en estrategias para mitigar la escasez de personal. Entre las posibles soluciones se encuentran la contratación de médicos extranjeros con credenciales aceleradas, incentivos para retener a profesionales de la salud y la mejora de las condiciones laborales para evitar la fuga de talento a otras provincias o países.
Mientras tanto, las autoridades sanitarias han instado a los residentes a utilizar los servicios de urgencia solo en casos realmente necesarios y a buscar atención médica en clínicas o líneas de asesoramiento telefónico para evitar el colapso de las pocas salas de emergencia en funcionamiento. Sin embargo, esta solución temporal no es suficiente para muchos ciudadanos que temen que su acceso a la atención médica crítica se vea cada vez más limitado.
La crisis del sistema de salud en Columbia Británica pone en evidencia la necesidad de reformas estructurales que permitan una atención médica estable y confiable. Los expertos advierten que, si no se toman medidas inmediatas, la situación podría empeorar, afectando gravemente a los pacientes y poniendo en riesgo vidas.