CK Hutchison de Hong Kong vende participación mayoritaria en Puertos de Panamá bajo presión de Trump

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THE LATIN VOX (5 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un movimiento que marca un hito en la dinámica geopolítica y económica de la región, la gigante logística con sede en Hong Kong, CK Hutchison Holdings, anunció su decisión de vender una participación mayoritaria en su empresa Panama Ports Company a inversores, entre ellos el coloso financiero estadounidense BlackRock, en una transacción valorada en casi 23.000 millones de dólares.

La venta de un 90% de las acciones de Panama Ports Company, que gestiona los puertos de Balboa y Cristóbal hasta 2047, no solo refleja una reconfiguración empresarial, sino que también ocurre en un contexto de creciente presión política, especialmente por parte del gobierno de Donald Trump, quien ha intensificado sus esfuerzos para reducir la influencia china en la región.

El contexto político: La mano de Trump

La transacción se produce a solo un mes de la visita a Ciudad de Panamá del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, quien, tras reunirse con el presidente panameño José Raúl Mulino, declaró que el control de China sobre el Canal de Panamá era “inaceptable” y amenazó con tomar las «medidas necesarias para proteger los derechos» de Estados Unidos.

El gobierno de Trump, a través de sus representantes, ha dejado claro que considera la presencia de China en el Canal una amenaza estratégica, y este acuerdo refleja el impacto de estas negociaciones.

CK Hutchison, sin embargo, ha intentado distanciar la venta de los puertos de cualquier vínculo con la presión política de Washington. Frank Sixt, co-director de la compañía, insistió en que “la transacción es puramente comercial y no tiene relación con los recientes informes políticos sobre Panama Ports”. Sin embargo, pocos en Panamá creen en esta versión.

La reacción en Panamá: Entre esperanza y desconfianza

Aunque la venta parece ser una victoria para Trump, algunos en Panamá consideran que el acuerdo beneficia a la nación. Las recientes publicaciones sobre el incumplimiento de Panama Ports Company de pagar un solo centavo al gobierno durante los últimos tres años, difundidas en las redes sociales, han intensificado la desconfianza hacia la empresa.

Mario Pérez Balladares, director de una empresa de transbordo, expresó: «Esto es bueno para Panamá y para el mundo», anticipando que el volumen de contenedores en los puertos aumentará tras la transacción.

Sin embargo, el impacto a largo plazo podría ser negativo para la imagen de Panamá. El exembajador panameño Nehemías Jaén advirtió que este acuerdo refuerza la percepción de que las instituciones panameñas se someten a la presión de Estados Unidos, en lugar de aplicar sus propias leyes. «Esto está creando una percepción muy negativa de Panamá en términos de protección a los inversionistas», señaló Jaén, quien también destacó que los panameños “no quieren ser considerados una colonia de EE.UU. nuevamente”.

Implicaciones legales y la sombra del Canal

En paralelo, la venta de los puertos podría complicar el proceso legal que se había iniciado en Panamá para revisar la constitucionalidad de los contratos de concesión de los puertos de Balboa y Cristóbal. Apenas seis días antes del anuncio de la venta, la fiscal general de Panamá señaló que consideraba dichos contratos como “inconstitucionales”, lo que abría la posibilidad de que la Corte Suprema panameña pudiera anularlos.

Sin embargo, con la compra de Panama Ports Company por una empresa estadounidense, parece que este caso legal quedará en suspenso, lo que genera aún más dudas sobre la independencia de las decisiones jurídicas en Panamá.

La carrera por el Canal y la influencia en la región

Este acuerdo también se inscribe en una estrategia más amplia de Trump para contrarrestar lo que considera una expansión de la influencia china en América Latina. La venta de los puertos a BlackRock, uno de los gigantes financieros más poderosos del mundo, se interpreta como una respuesta directa a los esfuerzos de Pekín por afianzar su presencia en el Canal de Panamá, un punto estratégico de comercio global.

Para los analistas, la transferencia de poder en la administración de estos puertos podría facilitar la presencia de empresas estadounidenses y alinearse con los intereses de Washington en la región.

En este contexto, la cuestión del Canal de Panamá sigue siendo crucial. Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina, había afirmado previamente que el Canal corría el riesgo de volverse “obsoleto” debido al deterioro de su infraestructura, lo que genera más presión sobre el gobierno panameño para modernizarlo.

Con la venta de los puertos a una firma estadounidense, la influencia de Estados Unidos sobre la zona del Canal se intensifica, mientras que la presencia china parece estar disminuyendo, al menos en el ámbito de la gestión de puertos clave.

Un futuro incierto

El futuro de Panamá, especialmente en lo que respecta a su relación con los Estados Unidos y su imagen internacional, parece estar marcando un punto de inflexión. A pesar de las ventajas económicas inmediatas de la venta, como el potencial aumento del volumen de contenedores y el alivio de las tensiones sobre la corrupción, persisten dudas sobre el impacto en la autonomía de Panamá y su capacidad para gestionar su territorio de manera independiente.

La compra de Panama Ports Company por BlackRock puede ser vista como una victoria para los intereses estadounidenses, pero también marca un capítulo nuevo en la relación de Panamá con su vecino del norte, una relación que sigue siendo crucial tanto en términos económicos como estratégicos.

Si bien el acuerdo tiene beneficios tangibles para la economía panameña, la percepción de su soberanía y el futuro de sus relaciones internacionales continúan siendo una cuestión delicada, especialmente cuando se considera la influencia de Washington en sus decisiones clave.

Crédito fotográfico:  Matias Delacroix/AP


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