THE LATIN VOX (4 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Coca-Cola ha sido acusada de abandonar de manera discreta su compromiso de lograr un objetivo del 25% de envases reutilizables para 2030, lo que ha sido calificado por los defensores del medio ambiente como una «maestría en el greenwashing». Este giro en su estrategia ambiental llega en un momento en que la compañía, uno de los mayores generadores de residuos plásticos del mundo, ha sido nuevamente cuestionada por su papel en la contaminación global.
En 2022, Coca-Cola había anunciado con bombo y platillo su compromiso de que el 25% de sus bebidas se venderían en botellas de vidrio o plástico reutilizables, o en envases rellenables a través de dispensadores como los «Coca-Cola Freestyle». Este objetivo formaba parte de su estrategia para reducir los residuos plásticos y alinearse con el esfuerzo global de la empresa para contribuir a un mundo sin residuos, con el fin de recolectar y reciclar una botella o lata por cada producto que vendiera para 2030.
Sin embargo, en las semanas previas a la Cumbre Global sobre Plásticos de este año, la compañía eliminó de su sitio web la página que detallaba este compromiso, y en su lugar, anunció nuevos objetivos centrados en el reciclaje, sin mención alguna de los envases reutilizables.
Su nueva meta se enfoca en alcanzar entre un 35% y un 40% de material reciclado en sus envases primarios (plástico, vidrio y aluminio), con un objetivo de aumentar el uso de plástico reciclado al 30%-35%. En lugar de abordar la reutilización, Coca-Cola ahora se compromete a recolectar entre el 70% y el 75% de las botellas y latas que pone en el mercado anualmente.
El cambio ha generado indignación entre los activistas ambientales, quienes señalan que la eliminación del compromiso de reutilización es un claro ejemplo de «greenwashing», una táctica de marketing engañoso que busca dar una imagen de responsabilidad ambiental sin realizar cambios sustanciales.
«El último movimiento de Coca-Cola es una maestría en greenwashing, abandonando los objetivos de reutilización previamente anunciados y optando por inundar el planeta con más plástico que ni siquiera pueden recolectar y reciclar de manera efectiva. Esto solo refuerza su reputación como el mayor contaminador de plástico del mundo», comentó Von Hernandez, coordinador global del grupo de campaña Break Free from Plastic.
El 2022 había sido un año clave para la empresa, ya que la directora comercial de Coca-Cola, Elaine Bowers Coventry, había resaltado el valor agregado que aportaban los envases reutilizables tanto a los consumidores como a los clientes, además de su contribución al objetivo de eliminar los residuos. No obstante, el reciente cambio de estrategia ha dejado en evidencia la falta de compromiso con la reutilización real de envases.
La falta de avances en la negociación global sobre plásticos también fue un tema candente esta semana, ya que casi 200 países no lograron un acuerdo en la reunión de Busan, Corea del Sur, sobre la reducción de la producción de plásticos. Las divisiones entre los países de «alta ambición», que buscaban un acuerdo vinculante globalmente, y las naciones más centradas en los desechos, complicaron el proceso.
Los activistas han llamado a las grandes empresas como Coca-Cola a ir más allá de los objetivos centrados en el reciclaje y adoptar metas centradas en la reutilización de envases, ya que los productos de un solo uso siguen siendo la principal causa de la contaminación, incluso cuando se recogen y reciclan. «Si no pueden ni siquiera mantener sus compromisos más bajos, ¿cómo pueden pretender tomar en serio la crisis global del plástico?», agregó Hernandez.
Mientras tanto, los críticos continúan exigiendo que las empresas de consumo masivo como Coca-Cola asuman su responsabilidad de liderar el cambio hacia un futuro sin plásticos de un solo uso, algo que podría tener un impacto significativo en la reducción de la contaminación global.
Crédito fotográfico: Public Investing