Un grupo de organizaciones canadienses está trabajando en el desarrollo de un estándar global para la minería responsable, que promueva el respeto por el medio ambiente, los derechos humanos y las comunidades afectadas por la actividad extractiva.
El proyecto se llama Iniciativa para el Estándar de Minería Responsable (IRMA, por sus siglas en inglés) y está liderado por la Asociación Canadiense de Minería (MAC, por sus siglas en inglés), que representa a las principales empresas mineras del país.
El objetivo de la iniciativa es crear un sistema de certificación voluntario que reconozca a las empresas que cumplan con los criterios de sostenibilidad, transparencia y rendición de cuentas en sus operaciones mineras.
La iniciativa cuenta con el apoyo de otras organizaciones, como la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica (IndustriALL), la Red de Acción sobre el Desarrollo y la Minería (MADRE), la Alianza Mundial de Pueblos Indígenas y Comunidades Locales sobre el Cambio Climático y el Desarrollo Sostenible (AMPB) y la Iniciativa de Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI).
El estándar de minería responsable se basa en cuatro pilares: gobernabilidad, impacto social, impacto ambiental y desempeño económico. Cada pilar tiene una serie de indicadores que evalúan el cumplimiento de las normas internacionales y las mejores prácticas en materia de minería.
El estándar de minería responsable se encuentra actualmente en fase de prueba y se espera que esté listo para su implementación en 2024. Algunas de las empresas que ya se han comprometido a adoptar el estándar son Rio Tinto, Anglo American, Newmont y Teck Resources.
La iniciativa busca mejorar la reputación de la industria minera, que a menudo se ve afectada por los conflictos sociales y ambientales que genera su actividad. También busca impulsar la competitividad de las empresas mineras, que podrán acceder a nuevos mercados y atraer a inversores responsables.
El estándar de minería responsable también beneficiará a las comunidades locales, que tendrán mayor voz y participación en las decisiones que afectan a sus territorios y recursos. Además, el estándar contribuirá a la protección del medio ambiente y al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.