Columbia Británica cancela reembolso de alimentos y congela contrataciones ante la amenaza de aranceles de EE.UU.

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Foto: Shutterstock

La provincia de Columbia Británica (B.C.) ha anunciado la cancelación del prometido reembolso de $1,000 para compras de alimentos y la congelación de contrataciones en algunos sectores del servicio público como parte de una estrategia para enfrentar los desafíos económicos venideros.

Según la ministra de Finanzas, Brenda Bailey, la decisión se debe a la necesidad de «encontrar dólares» en el presupuesto provincial y prepararse para «cuatro años de imprevisibilidad» debido a las amenazas de aranceles impuestas por el presidente de EE.UU., Donald Trump.

El reembolso de $1,000 fue una promesa clave de campaña del gobernante Nuevo Partido Democrático (NDP) en las elecciones de octubre. Se había presentado como una medida de alivio inmediato frente al aumento del costo de vida, en contraste con las propuestas de reducción de impuestos de la oposición conservadora, que solo entrarían en vigor en 2026.

Sin embargo, Bailey explicó que, ante las actuales circunstancias económicas, el costo de la medida —estimado en $2,000 millones— se volvió insostenible.

«Este era un compromiso que queríamos cumplir. Lo hicimos con la intención de llevarlo a cabo, pero el mundo ha cambiado», declaró Bailey en una conferencia de prensa. «Nuestra responsabilidad es proteger los servicios esenciales para la gente de Columbia Británica: la salud, la educación, los servicios sociales y la seguridad en nuestras calles.»

Las preocupaciones económicas del gobierno provincial están directamente relacionadas con la incertidumbre sobre los aranceles que Trump ha amenazado con imponer a Canadá. Se espera que el 4 de marzo expire la pausa de un mes sobre estas medidas, lo que podría dar inicio a una nueva fase de tensión comercial entre ambos países.

En concreto, Trump ha propuesto un arancel del 25% sobre la mayoría de los bienes canadienses y un 10% sobre productos energéticos. Además, Washington ha anunciado un arancel adicional del 25% sobre todo el acero y aluminio extranjero, que se sumaría a las tarifas específicas para Canadá a partir de mediados de marzo.

Según modelos económicos del gobierno de B.C., si estos aranceles entran en vigor y Canadá responde con represalias, la economía de la provincia podría perder hasta $69,000 millones en PIB en cuatro años y decenas de miles de empleos.

«Nunca podríamos haber imaginado una situación en la que nuestro vecino más cercano declarara, esencialmente, una guerra económica contra Canadá», dijo Bailey. «Las implicaciones pueden ser enormes.»

Para contrarrestar el impacto económico, B.C. ha decidido congelar la contratación de ciertos puestos en el servicio público. Sin embargo, Bailey aclaró que la medida no afectará a trabajadores esenciales como personal de salud, agentes correccionales y trabajadores sociales.

El gobierno también está revisando otros gastos, incluidos costos de viajes y consultorías, en un esfuerzo por encontrar eficiencia en el presupuesto.

«Nuestro objetivo es encontrar fondos que quizás no se hayan utilizado como esperábamos. Es nuestra primera y más esperanzadora estrategia», explicó la ministra.

A pesar de la incertidumbre, el gobierno de B.C. ha decidido seguir adelante con un solo presupuesto en lugar de preparar dos versiones distintas en función de los posibles aranceles.

Bailey destacó que la planificación fiscal se realizó en base a las «mejores estimaciones» de 13 economistas de todo Canadá que conforman el Consejo de Pronóstico Económico de B.C. Alrededor de la mitad de estos expertos actualizaron sus proyecciones para incluir los posibles efectos de los aranceles, lo que fue tomado en cuenta en la elaboración del presupuesto.

«Este presupuesto ha sido diseñado para proteger los servicios fundamentales y responder a los desafíos económicos que enfrentamos», concluyó Bailey.

Con el presupuesto provincial programado para ser presentado el mismo día en que expira la pausa de los aranceles de Trump, B.C. se encuentra en una encrucijada económica. La cancelación del reembolso de alimentos y la congelación de contrataciones son medidas que reflejan la cautela del gobierno frente a un escenario internacional volátil.

Mientras tanto, los ciudadanos de Columbia Británica deberán prepararse para tiempos de incertidumbre, en los que la estabilidad económica de la provincia dependerá no solo de decisiones locales, sino también de la evolución de las relaciones comerciales con su mayor socio económico: Estados Unidos.


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