Columbia Británica se prepara para un futuro energético sin dependencia de Estados Unidos

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El primer ministro de Columbia Británica, David Eby, anunció que la provincia está desarrollando planes de contingencia para reducir su dependencia energética de Estados Unidos, en respuesta a los recientes aranceles impuestos por la administración del presidente Donald Trump.

Mientras que el primer ministro de Ontario, Doug Ford, amenazó con cortar el suministro eléctrico a Estados Unidos si se mantienen los aranceles, Eby adoptó una postura diferente. Expresó preocupación por los «despidos significativos» ocurridos el mes pasado en la Administración de Energía de Bonneville en Oregón, tras la intervención del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos, dirigido por el multimillonario tecnológico Elon Musk. Estos recortes podrían afectar la estabilidad del suministro eléctrico en la región.

La red eléctrica de Columbia Británica está profundamente interconectada con Washington, Oregón y California. Eby destacó que decisiones como los despidos en Bonneville generan «caos, incertidumbre y potencial inestabilidad», lo que obliga a la provincia a preparar planes de respaldo. Además, Columbia Británica se está preparando para posibles aranceles estadounidenses sobre la energía canadiense, anticipando medidas similares a las propuestas por Ford.

A diferencia de Ontario, Columbia Británica ha optado por medidas menos confrontativas. Eby propuso al primer ministro Justin Trudeau imponer aranceles a las exportaciones estadounidenses de carbón térmico que transitan por el puerto de Vancouver hacia China, una decisión que requiere jurisdicción federal. Además, la provincia ha eliminado licores importados de estados republicanos de las tiendas y está incentivando la compra de productos locales y canadienses, priorizando a empresas nacionales en contratos gubernamentales.

La situación actual resalta la complejidad de las relaciones energéticas entre Canadá y Estados Unidos. Mientras algunas provincias consideran medidas drásticas, Columbia Británica busca estrategias que aseguren su autonomía energética sin comprometer la estabilidad regional.


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