Los conflictos globales, como las guerras, los desastres naturales, las crisis sanitarias y los atentados terroristas, pueden afectar negativamente al bienestar de los empleados, tanto a nivel físico como psicológico. Estos eventos pueden generar estrés, ansiedad, depresión, miedo, ira, tristeza y sensación de impotencia, entre otras emociones. Además, pueden dificultar la concentración, la productividad, la comunicación y la colaboración en el trabajo.
Ante esta situación, los empleadores tienen la responsabilidad de apoyar el bienestar de los empleados y crear un ambiente de trabajo seguro, saludable y positivo. Para ello, se recomiendan las siguientes acciones:
- Ofrecer recursos de apoyo psicológico, como líneas de ayuda, asesoramiento, grupos de apoyo y programas de asistencia al empleado. Estos recursos deben ser accesibles, confidenciales y adaptados a las necesidades y preferencias de los empleados.
- Fomentar una cultura de cuidado, respeto y empatía, donde los empleados se sientan escuchados, valorados y apreciados. Los empleadores deben mostrar interés por el bienestar de los empleados, reconocer sus esfuerzos y logros, y brindar retroalimentación constructiva y motivadora.
- Promover la comunicación abierta, honesta y transparente, donde los empleados puedan expresar sus opiniones, preocupaciones y sentimientos sin temor a ser juzgados o sancionados. Los empleadores deben facilitar espacios de diálogo, informar sobre la situación de la organización y las medidas adoptadas, y solicitar la participación y el feedback de los empleados.
- Proporcionar flexibilidad, autonomía y equilibrio, donde los empleados puedan gestionar su tiempo, su carga de trabajo y sus responsabilidades de acuerdo con sus circunstancias personales y profesionales. Los empleadores deben respetar los límites, las prioridades y las expectativas de los empleados, y ofrecer opciones de trabajo remoto, horarios flexibles y días libres cuando sea posible.
- Estimular el aprendizaje, el desarrollo y el crecimiento, donde los empleados puedan adquirir nuevas habilidades, conocimientos y competencias que les permitan afrontar los desafíos y las oportunidades del entorno. Los empleadores deben proporcionar capacitación, mentoría, coaching y oportunidades de carrera para los empleados, y alentarlos a explorar sus intereses y pasiones.
- Impulsar el bienestar físico, donde los empleados puedan cuidar su salud, su alimentación, su sueño y su actividad física. Los empleadores deben facilitar el acceso a servicios de salud, programas de prevención y promoción, y actividades de recreación y ocio para los empleados, y animarlos a adoptar hábitos saludables.
Estas acciones pueden ayudar a los empleados a sentirse más seguros, más tranquilos, más motivados y más satisfechos en el trabajo, lo que a su vez puede mejorar su rendimiento, su compromiso, su creatividad y su innovación. Asimismo, pueden contribuir a fortalecer la confianza, la cohesión, la colaboración y la cultura organizacional, lo que puede generar ventajas competitivas y sostenibles para la organización.