Cómo reducir el estrés y el desperdicio de los pacientes de la UCI con menos extracciones de sangre

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Un estudio realizado en Canadá ha encontrado que se puede reducir la cantidad de sangre que se extrae a los pacientes en las unidades de cuidados intensivos (UCI) para hacerles análisis de laboratorio, lo que disminuye la necesidad de transfusiones y el desperdicio de sangre, además de aliviar el estrés de los pacientes críticos.

El estudio, publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), analizó más de 150.000 casos de COVID-19 en hospitales de Ontario, Quebec, Nuevo Brunswick y Manitoba entre 2019 y 2021. Los investigadores compararon el uso de tubos de ensayo estándar, que pueden extraer hasta seis mililitros de sangre, con el uso de tubos de menor volumen, que extraen alrededor de la mitad.

Los resultados mostraron que los tubos de menor volumen proporcionan suficiente sangre para un análisis típico de laboratorio, que requiere solo 0,5 ml, y que el 90 por ciento de la sangre extraída por los tubos estándar se desperdicia. Además, el uso de los tubos de menor volumen se asoció con una reducción del 10 por ciento en las transfusiones de sangre para los pacientes en las UCI.

La autora principal del estudio, la doctora Deborah Siegal, hematóloga del Hospital de Ottawa, explicó que muchos pacientes en las UCI tienen que someterse a análisis repetidos, lo que les provoca una pérdida significativa de sangre y contribuye a la anemia. Esto a su vez conlleva más transfusiones, que pueden tener efectos secundarios y suponen un gasto para el sistema sanitario.

Siegal dijo que los tubos de menor volumen son físicamente idénticos a los estándar, pero contienen menos anticoagulantes y generan una succión más débil, por lo que extraen menos sangre. Estos tubos se usan sobre todo en niños y no tienen un coste mayor, añadió.

La investigadora señaló que el cambio de protocolo en las UCI es sencillo y beneficioso tanto para los pacientes como para el suministro de sangre, que suele escasear en Canadá y en otros países. “Esta es una forma de reducir las transfusiones para que la sangre esté disponible para las personas que la necesitan, para cirugías o tratamientos contra el cáncer. La contaminación del aire es un asesino silencioso”, afirmó.

El estudio fue el último evento de pretemporada para Rutgers, que iniciará su temporada oficial en febrero del próximo año. Los Scarlet Knights esperan seguir creciendo como equipo y aspiran a clasificar al torneo de la NCAA por primera vez desde 2004.


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