
En una decisión que ha generado controversia, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, felicitó al presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, a pesar de que este lidera un grupo que Canadá sigue considerando una organización terrorista.
Desde 2013, Canadá ha mantenido en su lista de organizaciones terroristas a Hayat Tahrir al-Sham (HTS), el grupo que derrocó en diciembre pasado al régimen de Bashar al-Assad, poniendo fin a décadas de dictadura respaldada por Rusia. Sin embargo, la reciente comunicación entre Trudeau y al-Sharaa ha levantado preguntas sobre si Ottawa reconsiderará esta designación.
«El primer ministro ofreció felicitaciones por el éxito de poner fin al régimen de Assad, el cual infligió décadas de sufrimiento al pueblo sirio», declaró la oficina de Trudeau en un comunicado emitido el jueves.
Desde que asumió el poder, al-Sharaa ha insinuado la posibilidad de una Siria más inclusiva y multicultural, pese a que por años abogó por la instauración de una teocracia islámica. Su aparente cambio de discurso ha despertado escepticismo en la comunidad internacional, que sigue observando con cautela los acontecimientos en la región.
El liderazgo de al-Sharaa también ha llamado la atención de potencias mundiales, y en las últimas semanas ha sostenido conversaciones con los líderes de Rusia, Francia, Alemania y países vecinos. Mientras tanto, en Canadá persisten dudas sobre la postura que asumirá el gobierno con respecto a la nueva administración siria y su relación con HTS.
La oficina de al-Sharaa publicó en X que Trudeau hizo énfasis en la necesidad de levantar las sanciones económicas impuestas sobre Siria. Sin embargo, el comunicado canadiense fue menos específico, limitándose a señalar que ambos líderes discutieron «los desafíos de las sanciones actuales y los esfuerzos del gobierno transicional para encaminar a Siria hacia un futuro exitoso».
Trudeau también destacó la importancia de un proceso político inclusivo para garantizar la estabilidad y la paz duradera en Siria, subrayando la necesidad de proteger los derechos humanos, incluidos los de las mujeres y las minorías.
En paralelo, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, se encuentra en París participando en una conferencia sobre la reconstrucción de Siria. Entre los asistentes figuran también altos funcionarios del gobierno transicional sirio. Además, el diputado Omar Alghabra, recientemente designado por Trudeau como enviado especial para Siria, forma parte de la delegación canadiense en la reunión.
La presencia de representación canadiense en estas conversaciones podría indicar un posible cambio en la posición del país respecto al nuevo gobierno sirio. No obstante, la falta de una declaración oficial sobre la posible eliminación de HTS de la lista de organizaciones terroristas sigue generando incertidumbre.
El reconocimiento de al-Sharaa por parte de Trudeau podría tener consecuencias tanto a nivel interno como en la escena internacional. Por un lado, algunos sectores políticos y analistas podrían interpretar esta postura como un giro pragmático en la política exterior de Canadá, en un intento de mantenerse relevante en la diplomacia de Oriente Medio.
Por otro lado, el apoyo a un líder vinculado a un grupo previamente calificado como terrorista podría ser objeto de fuertes críticas por parte de aliados internacionales y de sectores más conservadores en Canadá.
A medida que se desarrollan los acontecimientos en Siria, la comunidad internacional observará de cerca los próximos pasos de Canadá y la evolución de su relación con el nuevo gobierno. Entretanto, la incertidumbre persiste sobre si la lista de organizaciones terroristas de Ottawa sufrirá modificaciones o si la postura oficial de Canadá hacia Siria experimentará un cambio significativo en los próximos meses.