El 11 de noviembre de 2024, la ciudad de Bakú, Azerbaiyán, se convirtió en el epicentro de la acción climática global al inaugurar la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Este evento, que se extenderá hasta el 22 de noviembre, reúne a líderes mundiales, negociadores, científicos y activistas para abordar los desafíos más apremiantes del cambio climático y buscar soluciones colectivas.
Uno de los temas más destacados de COP29 es la financiación climática. Los países en desarrollo han estado presionando para que se establezca un nuevo objetivo financiero global que suceda al actual compromiso de 100 mil millones de dólares anuales, que expira en 2025. Este nuevo marco financiero es crucial para apoyar los esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático en las naciones más vulnerables.
Otro punto focal es la operacionalización del «fondo de pérdidas y daños», un fondo internacional diseñado para abordar los daños irreversibles causados por el cambio climático. Aunque se acordó en COP28, los detalles operativos aún no se han resuelto completamente. La elección de Filipinas como sede de su junta directiva es un paso significativo, pero persisten preguntas sobre su lanzamiento y los cronogramas de pago.
En COP29, se espera que las naciones reafirmen y potencialmente mejoren sus compromisos climáticos a través de nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs), que deben presentarse antes de febrero de 2025. Este proceso es vital para asegurar que los esfuerzos colectivos se mantengan en camino para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius, un umbral crítico para evitar impactos climáticos severos.
Además, se dará un renovado impulso para finalizar las directrices del Artículo 6 del Acuerdo de París, que facilita la cooperación internacional en la reducción de emisiones y permite el comercio de créditos de carbono. La transparencia en las acciones climáticas también será subrayada, ya que los países presentarán sus primeros informes bienales de transparencia, proporcionando detalles sobre cómo están abordando el cambio climático.
A pesar de la importancia de COP29, la cumbre enfrenta varios desafíos. La ausencia de líderes de algunas de las economías más poderosas y contaminantes del mundo ha sido notable. Sin embargo, más de 75 líderes están presentes en Bakú, incluyendo al primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer. La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos también ha tenido un impacto significativo en las conversaciones, con muchos observadores preocupados por el futuro de las políticas climáticas globales.
En paralelo, la activista climática Greta Thunberg ha protestado contra la elección de Azerbaiyán como sede de la cumbre, argumentando que el país no merece albergar las conversaciones climáticas debido a sus políticas represivas. Thunberg y otros activistas han acusado a Azerbaiyán de utilizar la cumbre como una oportunidad para «lavar de verde» sus crímenes y abusos contra los derechos humanos.
A pesar de estos desafíos, COP29 representa una oportunidad crucial para avanzar en los compromisos financieros, operacionalizar fondos clave, mejorar los mecanismos de cooperación y fortalecer la transparencia en los esfuerzos globales contra el cambio climático. La comunidad internacional está observando de cerca, esperando que las negociaciones en Bakú resulten en acciones concretas y ambiciosas que puedan marcar una diferencia significativa en la lucha contra el cambio climático.