
THE LATIN VOX (20 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Una semana de lluvias ininterrumpidas ha dejado un saldo trágico en Corea del Sur: al menos 14 personas muertas, varias más desaparecidas y cientos de comunidades afectadas por inundaciones, deslizamientos de tierra y destrucción de viviendas.
Las precipitaciones, consideradas entre las más intensas registradas en el país en décadas, han impactado principalmente las regiones del sur y el centro, aunque este domingo las lluvias golpearon con fuerza el norte del país.
La localidad turística de Gapyeong, en la provincia de Gyeonggi, a unos 70 kilómetros al este de Seúl, recibió cerca de 170 mm de lluvia en pocas horas, provocando el colapso de viviendas y el arrastre de vehículos. Una mujer de 70 años murió cuando su casa fue sepultada por un deslizamiento de tierra a las 4:40 a.m., según informó la agencia Yonhap.
Las autoridades coreanas informaron que ocho personas continúan desaparecidas, mientras equipos de rescate intensifican las labores en condiciones difíciles, entre terrenos inestables y caminos cortados.
Lluvias récord y una región golpeada
La mayoría de las muertes se han concentrado en el condado de Sancheong, en el sur del país, que ha recibido cerca de 800 mm de lluvia desde el miércoles.
Corea del Sur experimenta cada julio una temporada de lluvias monzónicas, pero la intensidad de las precipitaciones de esta semana ha superado ampliamente los promedios habituales, y ha roto récords de lluvia por hora en varios puntos del país.
“Las lluvias han sido anómalas, incluso para la temporada de monzones”, declaró un portavoz del Servicio Meteorológico Nacional. “Este tipo de fenómenos extremos son cada vez más frecuentes, una tendencia vinculada al cambio climático global”.
Emergencia climática y daños extendidos
Las autoridades surcoreanas han declarado zonas de desastre en múltiples regiones del sur y centro del país. Además del impacto humano, las lluvias han causado graves daños en infraestructuras: carreteras colapsadas, puentes destruidos y comunidades rurales aisladas.
El agua ha interrumpido el transporte ferroviario y afectado severamente la agricultura local, justo cuando muchas cosechas estaban por recogerse.
Miles de personas han sido evacuadas de manera preventiva y se han habilitado refugios temporales. Sin embargo, los equipos de rescate enfrentan dificultades para acceder a ciertas zonas rurales debido a la magnitud de los daños.
Del diluvio al calor extremo
Tras el paso de las lluvias, las autoridades meteorológicas advierten ahora de una ola de calor que podría azotar al país desde el lunes, lo que complica aún más la situación humanitaria para quienes lo han perdido todo.
Las temperaturas podrían superar los 35°C en varias regiones, generando preocupaciones adicionales por la salud de los desplazados y los trabajadores de emergencia.
Un llamado de alerta global
Corea del Sur ya había sufrido lluvias devastadoras en agosto de 2022, cuando 11 personas murieron en inundaciones repentinas que anegaron partes de Seúl. Lo ocurrido esta semana subraya la creciente vulnerabilidad de incluso los países más preparados ante fenómenos climáticos extremos.
“Podemos predecir la temporada de lluvias, pero no estamos listos para la intensidad y frecuencia con la que están ocurriendo estos eventos”, explicó Kim So-yeon, experta en gestión de desastres climáticos. “Lo que está pasando en Corea no es un caso aislado; es un reflejo de una crisis climática que ya está en marcha”.
Mientras Corea del Sur entra en una nueva fase de recuperación y enfrenta el calor postinundación, la población espera que este episodio sirva para reforzar no solo las infraestructuras físicas del país, sino también su resiliencia climática.
En un mundo donde lo extraordinario se vuelve cada vez más común, estar preparados ya no es suficiente: es urgente actuar.
Crédito fotográfico: Reuters