El negacionismo de las escuelas residenciales es el rechazo o la minimización de los abusos y las muertes que sufrieron miles de niños indígenas en el sistema de escuelas residenciales de Canadá. Algunos negacionistas han intentado desenterrar las tumbas sin marcar de los niños en Kamloops, B.C., según un informe reciente. Otros han difundido falsedades sobre las condiciones de vida y la educación en las escuelas.
Ante esta situación, cada vez son más las voces que piden que el negacionismo de las escuelas residenciales sea considerado un delito, al igual que el negacionismo del Holocausto. El ministro de Justicia de Canadá, David Lametti, dijo que estaba abierto a estudiar la posibilidad de modificar el Código Penal para incluir esta conducta. El ministro de Patrimonio Canadiense, Steven Guilbeault, también se mostró a favor de esta idea.
Entre los defensores de esta medida se encuentran el abogado cree Eleanore Sunchild, que representa a varios supervivientes de las escuelas residenciales, y el senador Murray Sinclair, que fue el presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Ambos argumentan que el negacionismo de las escuelas residenciales es una forma de odio y de violencia que impide la sanación de las comunidades indígenas y la reconciliación con el resto de la sociedad canadiense.
Sin embargo, también hay quienes se oponen a esta propuesta, alegando que podría vulnerar la libertad de expresión y el derecho a cuestionar la historia oficial. Algunos expertos en derecho constitucional advierten que la criminalización del negacionismo de las escuelas residenciales podría ser inconstitucional y generar más polarización. Otros sugieren que sería más efectivo educar a la población sobre la realidad de las escuelas residenciales y apoyar a los supervivientes y sus familias.
El debate sobre el negacionismo de las escuelas residenciales se produce en un momento en que el gobierno de Canadá se ha comprometido a implementar las 94 llamadas a la acción de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que incluyen medidas para reconocer, conmemorar y reparar el daño causado por el sistema de escuelas residenciales. El primer ministro Justin Trudeau ha pedido a los canadienses que se unan en este proceso y que se enfrenten al racismo y al colonialismo que aún persisten en el país.