El gobierno de Doug Ford está enfrentando duras críticas debido al aumento significativo en los costos del proyecto Ontario Line. Este proyecto de transporte público en Toronto ha experimentado un incremento sustancial en sus presupuestos originales, lo cual ha generado preocupaciones y cuestionamientos sobre la gestión y la transparencia del gobierno provincial.
Inicialmente promocionado como una solución eficiente para mejorar el transporte en Toronto, el Ontario Line ahora enfrenta acusaciones de mala planificación y falta de rendición de cuentas por parte del gobierno de Ford. Los críticos han señalado que este aumento en los costos podría impactar negativamente en los contribuyentes y en la viabilidad del proyecto a largo plazo.
El gobierno provincial ha sido acusado de ser «alérgico a la rendición de cuentas» por parte de los críticos, quienes sostienen que la falta de transparencia en la gestión de proyectos clave como el Ontario Line socava la confianza pública y obstaculiza el desarrollo eficiente de infraestructuras críticas para la ciudad de Toronto.
Las críticas no solo se centran en el incremento de costos, sino también en la falta de información clara y detallada sobre cómo se han justificado estos aumentos y qué medidas se tomarán para mitigar los impactos financieros y operativos. La oposición política y varios grupos de interés han pedido una auditoría independiente para evaluar la gestión del proyecto y garantizar la transparencia.
El Ontario Line es visto como un proyecto crucial para mejorar la movilidad en Toronto, por lo que su ejecución efectiva y eficiente es fundamental. Sin embargo, con los costos en aumento y las críticas intensificándose, el gobierno de Ford enfrenta un desafío significativo para restaurar la confianza pública y asegurar que el proyecto se desarrolle de manera transparente y responsable.