Canadá ha lanzado recientemente dos programas piloto para atraer a trabajadores extranjeros cualificados en los sectores agrícola y agroalimentario. Estos programas, llamados Agri-Food Immigration Pilot y Agri-Food Pilot, forman parte del sistema de inmigración Express Entry, que selecciona a los candidatos más adecuados para obtener la residencia permanente en Canadá.
Los programas piloto tienen como objetivo cubrir la escasez de mano de obra que afecta a estos sectores, que son vitales para la economía y la seguridad alimentaria del país. Según el gobierno, Canadá necesita alrededor de 16.500 trabajadores agrícolas y agroalimentarios al año hasta el 2023.
Sin embargo, algunos expertos cuestionan la fiabilidad de esta cifra, ya que se basa en un estudio realizado en el 2017 por el Canadian Agricultural Human Resource Council (CAHRC), una organización sin ánimo de lucro que representa los intereses de los empleadores agrícolas. Según este estudio, el sector agrícola canadiense tenía un déficit de 59.000 trabajadores en el 2016, y se espera que esta brecha se amplíe a 114.000 trabajadores en el 2025.
No obstante, otros estudios sugieren que la demanda de trabajadores agrícolas y agroalimentarios es menor de lo que indica el CAHRC. Por ejemplo, un informe del Institute for Research on Public Policy (IRPP), un centro de investigación independiente, afirma que el sector agrícola canadiense tiene una tasa de desempleo del 12%, muy superior a la media nacional del 6%. Además, el informe señala que el sector agrícola canadiense tiene una baja productividad y una alta dependencia de los subsidios públicos.
Así pues, parece que hay una discrepancia entre la oferta y la demanda de trabajadores agrícolas y agroalimentarios en Canadá, lo que plantea dudas sobre la necesidad y la eficacia de los programas piloto. Algunos críticos argumentan que estos programas solo benefician a los empleadores agrícolas, que pueden acceder a una mano de obra barata y flexible sin tener que mejorar las condiciones laborales o invertir en innovación. Otros sugieren que los programas piloto deberían estar acompañados de otras medidas, como una mayor regulación del mercado laboral, una mejor integración de los trabajadores inmigrantes o una mayor promoción de la agricultura sostenible.