En un evento sin precedentes, la red eléctrica nacional de Cuba sufrió un colapso generalizado el martes por la noche, dejando a millones de cubanos en la oscuridad en todas las provincias del país. El apagón, que se extendió durante varias horas, afectó tanto a áreas urbanas como rurales, desatando el caos y preocupaciones sobre la estabilidad energética del país, que ya enfrenta una severa crisis económica.
Alrededor de las 8:30 p.m. hora local, los primeros informes sobre cortes de electricidad comenzaron a surgir en las redes sociales, con ciudadanos de diferentes ciudades reportando la súbita interrupción del servicio. Inicialmente, se pensó que los cortes eran localizados, algo que los cubanos están acostumbrados a soportar debido a la fragilidad del sistema eléctrico. Sin embargo, pronto se confirmó que el colapso era generalizado, afectando a casi todo el país.
El Ministerio de Energía y Minas emitió un breve comunicado confirmando el colapso de la red nacional, pero no proporcionó detalles específicos sobre la causa exacta de la falla. «Estamos trabajando intensamente para restablecer el servicio lo antes posible», indicó el comunicado. Sin embargo, tras varias horas de oscuridad, la paciencia de la población comenzó a agotarse, lo que llevó a protestas espontáneas en algunas zonas del país.
La infraestructura energética de Cuba ha sido objeto de críticas durante años debido a su antigüedad y la falta de inversión. Gran parte de las plantas generadoras de electricidad del país se basan en tecnología obsoleta, y la falta de mantenimiento adecuado, combinada con el uso de combustibles de baja calidad, ha dejado al sistema extremadamente vulnerable a fallas.
«Este es un problema estructural que hemos estado viendo desde hace mucho tiempo», explica Rafael Roca, un ingeniero eléctrico cubano con más de 20 años de experiencia. «Las plantas eléctricas de Cuba funcionan con equipos que en algunos casos tienen más de 40 años de antigüedad. Además, la dependencia del petróleo como fuente primaria de energía ha creado una dependencia económica con países como Venezuela, cuyas propias dificultades económicas han reducido los suministros a Cuba.»
Aunque el gobierno cubano aún no ha ofrecido una explicación oficial detallada, expertos en energía sugieren que el colapso podría haberse debido a una sobrecarga en la red combinada con fallos en las principales plantas generadoras. Durante el día, las temperaturas en gran parte de la isla se dispararon, lo que aumentó la demanda de electricidad para el uso de aparatos de aire acondicionado y ventiladores. Esto podría haber puesto una presión adicional en una red ya estresada.
En los últimos años, el país ha experimentado numerosos apagones, aunque nunca de esta magnitud. Estos cortes de energía se han atribuido en gran parte a la falta de combustible, fallas en plantas termoeléctricas y problemas en la transmisión de energía. El año 2024 ha sido especialmente duro, ya que los apagones se han vuelto más frecuentes, afectando tanto a la vida cotidiana como a la economía, que ya está en una situación crítica.
El colapso de la red eléctrica llega en un momento especialmente delicado para Cuba, que enfrenta una de las peores crisis económicas en décadas. Las sanciones internacionales, la caída del turismo debido a la pandemia de COVID-19 y la escasez de alimentos y medicinas han exacerbado las dificultades del país. La falta de electricidad agrava estos problemas, ya que afecta gravemente a la industria, los servicios esenciales y la vida diaria de los ciudadanos.
Comerciantes y pequeños empresarios han expresado su desesperación ante la situación. «Llevamos meses luchando para mantener nuestros negocios a flote, y ahora esto», dijo Teresa, una dueña de una pequeña tienda de alimentos en La Habana. «Cada día se hace más difícil trabajar. Sin electricidad, no podemos almacenar alimentos, no podemos vender, no podemos hacer nada.»
Además, la interrupción del suministro eléctrico afecta a servicios esenciales como hospitales, clínicas y sistemas de abastecimiento de agua. Aunque muchos de estos centros cuentan con generadores de emergencia, la larga duración del apagón ha planteado dudas sobre la capacidad del gobierno para mantener estos servicios en funcionamiento en el caso de que la situación persista.
El apagón generalizado ha provocado una oleada de frustración entre los ciudadanos, muchos de los cuales han salido a las calles para protestar pacíficamente por la situación. En La Habana y otras grandes ciudades, se reportaron pequeños grupos de manifestantes que exigían soluciones inmediatas y respuestas del gobierno. Aunque las protestas fueron controladas sin incidentes mayores, es evidente que el descontento está creciendo.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha hecho un llamado a la calma, instando a la población a ser pacientes mientras los ingenieros trabajan para restablecer el servicio. En un discurso televisado transmitido pocas horas después del apagón, Díaz-Canel admitió la gravedad de la situación y prometió una investigación exhaustiva para identificar las causas del colapso.
«Sabemos que este apagón ha afectado profundamente a todos los cubanos», dijo el presidente. «Nuestros ingenieros están trabajando sin descanso para restaurar la electricidad en todo el país. Les pedimos a nuestros ciudadanos que mantengan la calma mientras enfrentamos este desafío.»
A largo plazo, el colapso de la red eléctrica pone en evidencia la necesidad urgente de una modernización profunda de la infraestructura energética de Cuba. Aunque el gobierno ha expresado su interés en diversificar las fuentes de energía, incluyendo la inversión en energías renovables como la solar y la eólica, los avances en este sentido han sido lentos debido a la falta de recursos y financiación.
«Estamos viendo los efectos de una falta de planificación a largo plazo», comentó el analista económico Jorge Rivero. «Cuba necesita invertir en tecnologías más modernas y en fuentes de energía renovables si quiere evitar estos colapsos en el futuro. Pero la realidad es que, con la situación económica actual, eso es más fácil decirlo que hacerlo.»
Mientras tanto, los ciudadanos cubanos continúan lidiando con las consecuencias inmediatas de este apagón masivo. Si bien algunos barrios comenzaron a recuperar la electricidad en las primeras horas de la mañana del miércoles, gran parte del país seguía sin luz al momento de la redacción de esta nota.
La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿Cuánto tiempo más podrá soportar Cuba este tipo de crisis sin una solución de fondo?
El colapso de la red eléctrica en Cuba no solo es un síntoma de los problemas económicos y estructurales que enfrenta el país, sino también una advertencia sobre la fragilidad de sus infraestructuras críticas. Con millones de cubanos afectados, el país se enfrenta a un momento crucial en el que las decisiones que se tomen en los próximos meses determinarán si la nación puede encontrar una salida a su crisis energética o si continuará sumida en la oscuridad, tanto literal como figurativamente.