¿Debe Canadá imitar los acuerdos comerciales de Trump con la UE y Japón?

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THE LATIN VOX (31 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

A medida que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impone su sello personal a la política comercial global con nuevos acuerdos con la Unión Europea y Japón, surge una pregunta clave para Canadá: ¿debería seguir el mismo camino? La respuesta, según el gobierno canadiense y varios expertos en comercio internacional, es un rotundo “no”.

Los acuerdos recientes de Trump establecen tarifas base del 15% sobre la mayoría de las exportaciones de la UE y Japón a cambio de masivas inversiones en la economía estadounidense: 600 mil millones de dólares por parte de Europa y 550 mil millones por parte de Japón, además de compromisos de compra de energía estadounidense.

Aunque ambos acuerdos se presentan como victorias diplomáticas frente a amenazas arancelarias más severas —30% para Europa y 25% para Japón—, muchos observadores ven en ellos más presión que negociación.

Canadá, sin embargo, juega en una liga diferente.

Una relación única y profundamente integrada

“Estamos en una posición distinta, y por eso estas negociaciones también lo son”, afirmó el primer ministro Mark Carney esta semana desde la isla del Príncipe Eduardo, subrayando la cercanía geográfica, la interdependencia energética y el tratado de libre comercio que une a ambos países.

A diferencia de la UE y Japón, Canadá cuenta con un acuerdo vigente: el Tratado entre Canadá, Estados Unidos y México (CUSMA). Este pacto permite que la gran mayoría de las exportaciones canadienses crucen la frontera sin pagar aranceles, siempre que cumplan con las reglas de origen.

Por eso, la idea de aceptar tarifas generalizadas del 15% resulta poco atractiva —e innecesaria— para Ottawa. “Tener tarifas generalizadas sería muy difícil de aceptar para Canadá”, opinó Jonathan O’Hara, abogado especializado en comercio internacional con sede en Ottawa.

¿Presión? Sí. ¿Prisa? No.

Trump ha amenazado con imponer aranceles del 35% a productos canadienses a partir del 1 de agosto, bajo el argumento de una «emergencia nacional» relacionada con el tráfico de fentanilo. Pero estos aranceles se aplican sólo a los bienes que no cumplen con las condiciones del CUSMA. Por lo tanto, gran parte del comercio bilateral sigue protegido.

Este matiz explica por qué el gobierno canadiense no se siente tan presionado como Europa o Japón a aceptar cualquier trato antes del viernes. Drew Fagan, profesor en la Escuela Munk de Asuntos Globales de la Universidad de Toronto, lo resume así: “El promedio arancelario que enfrentan los bienes canadienses al entrar a EE.UU. es de los más bajos del mundo. Lo crucial es que el acuerdo de libre comercio siga en pie”.

Acero y aluminio: La gran excepción

Donde Canadá sí enfrenta un desafío importante es en los sectores del acero y el aluminio, actualmente gravados con un arancel del 50%. En los acuerdos con la UE y Japón, Trump mantuvo este nivel tarifario, lo que sugiere que conseguir una exención será complicado para Canadá, aunque aspire al trato preferencial que hoy tiene el Reino Unido (25%, con posibilidad de reducción a cero).

“Estados Unidos ha decidido reajustar las condiciones de acceso a su mercado”, explicó Carlo Dade, director de política internacional en la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Calgary. “El precio está subiendo para todos, y Canadá no será la excepción”.

El Reloj Avanza, Pero la Estrategia es Resistencia

A pesar del plazo inminente del 1 de agosto, hay señales de que un acuerdo no se concretará a tiempo. Carney ha descrito las negociaciones como “complejas”, y sus principales negociadores —incluidos la embajadora Kirsten Hillman y el ministro Dominic LeBlanc— han restado importancia a la fecha límite.

Trump, por su parte, ha sugerido que podría imponer aranceles unilaterales sin necesidad de cerrar un acuerdo. Frente a esa posibilidad, Canadá parece estar optando por una estrategia de resistencia calculada, apostando por la solidez estructural de CUSMA y su profundo vínculo económico con EE.UU.

Conclusión

Canadá no necesita —ni debe— replicar los acuerdos de Trump con la UE y Japón. Su situación es única, su integración con la economía estadounidense es mucho más profunda y su marco legal más sólido. Apostar por mantener y fortalecer esa relación, en lugar de ceder ante la presión de nuevos aranceles generalizados, podría ser la mejor carta de Ottawa en este juego geopolítico.

Fuente: CBC News

Crédito fotográfico: Canada Beef Inc.


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