
THE LATIN VOX (17 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Elon Musk y su empresa SpaceX enfrentan un revés significativo en su ambicioso programa de cohetes Starship, luego de que uno de sus lanzamientos más esperados se viera marcado por un fallo poco después del despegue desde Texas.
El cohete Starship, que llevaba una carga de prueba con satélites ficticios pero sin tripulación, se desintegró en el espacio minutos después de elevarse, obligando a desviar vuelos comerciales en la región y retrasando uno de los proyectos más emblemáticos de la industria espacial.
Un despegue fallido y sus consecuencias inmediatas
El lanzamiento tuvo lugar el jueves a las 5:38 p.m. hora del este, desde las instalaciones de SpaceX en el sur de Texas. Apenas ocho minutos después, SpaceX perdió contacto con la nave, lo que indicó que la etapa superior del cohete había experimentado una anomalía. El gerente de comunicaciones de SpaceX, Dan Huot, confirmó que la nave había sido perdida, lo que significó un golpe duro para la empresa y su misión de llevar la Starship a nuevas alturas.
Imágenes capturadas por Reuters mostraron bolas de luz naranja cruzando el cielo sobre Haití, dejando rastros de humo detrás de ellas, lo que dejó claro que el incidente había tenido un impacto visual significativo. Este tipo de fallos, aunque no es completamente inesperado en las pruebas de cohetes, rara vez ha causado tantas interrupciones en el tráfico aéreo como esta ocasión.
Interrupciones en el tráfico aéreo
El fracaso del lanzamiento obligó a los vuelos comerciales que transitaban sobre el Golfo de México a modificar su curso para evitar la caída de escombros. Decenas de vuelos fueron desviados a otros aeropuertos o tuvieron que alterar sus trayectorias, según información de FlightRadar24, mientras que algunas salidas desde los aeropuertos de Miami y Fort Lauderdale fueron retrasadas en aproximadamente 45 minutos.
La Administración Federal de Aviación (FAA), encargada de regular las actividades de lanzamiento privadas, actuó rápidamente para desviar aviones y garantizar la seguridad aérea. Aunque el espacio aéreo en la zona ya había sido cerrado previamente para el lanzamiento, la FAA implementó una «zona de respuesta a escombros» para prevenir la entrada de aeronaves en áreas afectadas por el incidente.
Un cohete más grande, pero con problemas
La Starship de SpaceX había sido modificada para ser una versión más alta y avanzada que las anteriores. Según SpaceX, este nuevo modelo contaba con «mejoras significativas» y estaba diseñado para realizar un aterrizaje controlado en el océano Índico aproximadamente una hora después de su lanzamiento. Sin embargo, lo que parecía ser un gran avance en la tecnología espacial se vio truncado por un fallo interno en el cohete, relacionado con una fuga de oxígeno líquido que provocó un aumento de presión y causó la desintegración del vehículo.
El propio Musk ofreció una evaluación preliminar del incidente, que apuntó a la fuga de combustible como la causa principal del desastre. A pesar de este tropiezo, el CEO de SpaceX se mostró optimista, asegurando que no se espera que el próximo lanzamiento se retrase más allá del próximo mes. Sin embargo, la investigación de la FAA sobre el accidente podría generar más retrasos si se determinan fallos adicionales que requieran ajustes en el diseño de la Starship.
La competencia crece: El lanzamiento exitoso de Blue Origin
Este fracaso de SpaceX llega justo después de un logro significativo para su competidor Blue Origin, la empresa espacial del multimillonario Jeff Bezos. Blue Origin logró un exitoso lanzamiento de su cohete New Glenn, un hito que aumenta la presión sobre SpaceX para mantenerse en la vanguardia de la carrera espacial comercial. Aunque los reveses son comunes en la industria aeroespacial, la competencia está más fuerte que nunca.
Un futuro incierto para la Starship
El incidente pone en duda los planes de SpaceX de realizar al menos 12 pruebas de Starship este año. La compañía deberá trabajar rápidamente para identificar y corregir los problemas técnicos que llevaron a la pérdida del cohete, al tiempo que enfrenta una posible investigación por parte de la FAA. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que ha sido crítico con la FAA en el pasado, también podría estar observando de cerca cómo se resuelve esta situación, ya que la agencia podría tomar medidas adicionales si se determina que hubo una falla en la seguridad o el cumplimiento de las normativas.
Mientras tanto, Elon Musk sigue demostrando su resiliencia y compromiso con su visión de un futuro en el que la humanidad pueda explorar y colonizar el espacio. A pesar de las dificultades, la búsqueda de la innovación continúa. Como Musk mismo dijo: «El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado». Un mensaje que resume la filosofía de una de las figuras más controvertidas y ambiciosas del siglo XXI, que sigue persiguiendo su sueño de transformar la exploración espacial.
Crédito fotográfico: ABC News