THE LATIN VOX (31 de octubre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Aki-Matilda Høegh-Dam, diputada groenlandesa, ha levantado controversia en el parlamento danés tras ser ordenada a abandonar el podio por negarse a traducir su discurso, en el cual denunciaba las violaciones de derechos humanos sufridas por su pueblo en la antigua colonia danesa.
En su intervención, Høegh-Dam rindió homenaje a las víctimas del escándalo de los anticonceptivos Spiral, donde mujeres y niñas groenlandesas fueron sometidas a la colocación de un dispositivo intrauterino (DIU) por parte de médicos daneses sin su conocimiento ni consentimiento. Su discurso, pronunciado en groenlandés, la lengua oficial del territorio autónomo, fue un acto de resistencia y un llamado a la justicia.
A pesar de que el protocolo parlamentario permite a los diputados hablar en groenlandés, se exige que traduzcan sus palabras al danés inmediatamente después. Høegh-Dam, sin embargo, no estaba dispuesta a hacerlo en ese momento. “Sentí: ‘¿Por qué debería traducirme? He solicitado soluciones tantas veces, ¿por qué debería hacerlo para personas que son tan racistas?’ Fue tan espontáneo”, explicó.
Desde su oficina en Copenhague, conectada por video desde Nuuk, la joven política de 28 años argumentó que muchos daneses son ignorantes sobre la profunda influencia de su historia colonial, a pesar de que muchos se consideran defensores liberales de los derechos humanos. “Cuando intento hacerles conscientes de que existen desigualdades, de que lo que les han enseñado toda su vida – que son ‘buenos’ colonizadores que intentan enseñar a las ‘personas salvajes’ a vivir bien y sanamente – es difícil para ellos entender o admitir que no todo ha sido positivo”, afirmó Høegh-Dam.
La diputada subrayó la necesidad de abordar y reconocer el legado colonial que sigue afectando a Groenlandia. Su defensa de las mujeres y niñas afectadas por el escándalo refleja un compromiso con la verdad y la justicia, y desafía a los líderes daneses a confrontar su historia con valentía.
El incidente ha puesto de relieve la compleja relación entre Dinamarca y Groenlandia, y ha suscitado un debate sobre la representación y los derechos de las comunidades indígenas en el contexto contemporáneo. Høegh-Dam concluyó: “Si no lo hago yo, ¿quién lo hará? Es vital que nuestra voz sea escuchada y que se reconozcan nuestras luchas.”
Crédito fotográfico: Arkivfoto.Liselotte Sabroe/Ritzau Scanpix