Disneyland cumple 70 años: Cinco atracciones que siguen siendo obras maestras del arte inmersivo

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THE LATIN VOX (20 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

Hace siete décadas, el 17 de julio de 1955, Disneyland abrió sus puertas por primera vez. El precio de entrada era de apenas un dólar para adultos y cincuenta centavos para niños.

Hoy, una visita al famoso parque californiano puede costar más de $200 por persona, con filas interminables, niños sobreestimulados y tiendas de souvenirs en cada rincón. Y, sin embargo, la magia persiste.

A sus 70 años, Disneyland no solo sigue atrayendo a millones de visitantes al año: continúa siendo un referente para artistas, diseñadores y narradores contemporáneos. Sus atracciones no son simples montañas rusas ni carruseles: son verdaderas obras de arte inmersivas, construidas con una atención al detalle que rivaliza con las mejores galerías del mundo.

“¿Por qué la diversión no puede ser arte?”, pregunta Vince Kadlubek, fundador del colectivo artístico Meow Wolf. “Cada atracción de Disneyland es una fusión de escultura, diseño sonoro, pintura escénica y narración”. Felix Barrett, director artístico de Punchdrunk, la innovadora compañía de teatro inmersivo británica, lo respalda: “Cuando te subes a un ride de Disney, estás completamente presente. Eso es arte total”.

Para celebrar el aniversario del parque, reunimos a artistas, diseñadores y curadores para elegir las cinco atracciones más impactantes de Disneyland, esas que han resistido el paso del tiempo y siguen inspirando nuevas generaciones de creadores.

🎠 1. It’s a Small World (1964)

Más que un paseo en bote por escenas animadas de todo el mundo, It’s a Small World es un testimonio de los ideales de paz y unidad global. Concebida para la Feria Mundial de 1964, la atracción conserva su estética mid-century y una canción compuesta por los hermanos Sherman que se incrusta en la memoria colectiva.

La artista Mary Blair, responsable del diseño visual de clásicos como Cenicienta y Peter Pan, ideó su estética vibrante y onírica. Aunque algunos elementos se perciben hoy como estereotipos culturales, la atracción ha sido actualizada con toques de autenticidad, como las linternas parol filipinas durante las fiestas.

“La universalidad del juego infantil sigue emocionando a los visitantes”, afirma Bethanee Bemis, curadora del Smithsonian y autora de un estudio sobre Disneyland como reflejo de la historia estadounidense.

☠️ 2. Pirates of the Caribbean (1967)

Antes de ser saga de cine, fue ride. Y no cualquier ride: fue el último proyecto supervisado por Walt Disney en persona. Con una narrativa ambiciosa y efectos técnicos revolucionarios para su época, lleva a los visitantes desde la calma de un pantano sureño a la acción de batallas piratas, todo a bordo de un bote.

“Diseñaron hasta la temperatura y la humedad para ambientar cada fase del viaje”, explica Noah Nelson, editor de No Proscenium. “Es una lección de diseño multisensorial”.

Con añadidos modernos como el Capitán Jack Sparrow, lo que permanece es su artesanía impecable. “Tiene la misma devoción por los detalles que una catedral gótica”, dice el profesor Jeff Stark de NYU.

👻 3. The Haunted Mansion (1969)

Este clásico de lo macabro es una joya de efectos prácticos. Desde su sala que “se estira” hasta los “doom buggies” que pasean entre fantasmas, es una lección de narrativa teatral. Muchos de los trucos, como el uso de Pepper’s Ghost, son tecnología del siglo XIX que aún asombran en el XXI.

“En un mundo dominado por lo digital, ver efectos físicos bien ejecutados es casi mágico”, opina la diseñadora de juegos Kathryn Yu.

Cada habitación cuenta una historia, cada fantasma tiene personalidad. La sensación de descender hacia el cementerio, mirando hacia un cielo fantasmagórico, es un momento teatral digno del mejor escenario.

🚗 4. Radiator Springs Racers (2012)

Basado en Cars, esta atracción demuestra que incluso una película infantil puede inspirar una obra inmersiva de alto nivel. Con un presupuesto de $200 millones, recrea el paisaje del suroeste estadounidense con una precisión asombrosa.

“Te sientes como si ya hubieras estado en Utah o Arizona”, dice Bemis. “Es un homenaje nostálgico a la Ruta 66”.

Kadlubek destaca el inicio contemplativo del recorrido, antes de la carrera final. “Hay una belleza romántica en cómo han capturado el espíritu del oeste americano”.

🚀 5. Star Wars: Rise of the Resistance (2019)

Esta atracción no es solo un paseo, es una epopeya de 20 minutos. Los visitantes son reclutados por la Resistencia, capturados por el Primer Orden y rescatados en una frenética fuga. Con actores en vivo, vehículos sin rieles y escenarios de tamaño real, es un nuevo estándar en experiencia inmersiva.

“Es arte total. Supera cualquier cosa hecha antes en diseño de experiencias”, asegura Kadlubek.

Stark, diseñador y profesor, lo resume: “Desde las chispas del sable de Kylo Ren hasta los diálogos en las filas de espera, todo contribuye a una narrativa envolvente que redefine lo que puede ser una atracción”.

🎂 Un legado que no envejece

A 70 años de su fundación, Disneyland sigue siendo mucho más que un parque de diversiones. Es una sinfonía de diseño, arte, tecnología y emoción humana.

“Cada centímetro del parque ha sido creado con intención artística”, concluye Nelson. “Lo que Walt Disney inició como un sueño se ha convertido en una de las formas más completas de arte contemporáneo”.

¿Quién dijo que el arte no puede hacerte gritar, reír o incluso cantar a coro mientras flotas en un bote por un mundo pequeño? Disneyland, siete décadas después, sigue demostrando que la magia –cuando se diseña con corazón y detalle– nunca pasa de moda.

Crédito fotográfico: Undercover Tourist


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