
THE LATIN VOX (01 de Noviembre del 2025).- Por Daniela Medina.
En una declaración que ha llamado la atención tanto en América Latina como en Washington, el presidente estadounidense Donald Trump aseguró que aún no ha tomado una decisión final sobre la realización de “ataques terrestres” dentro de Venezuela, aunque reiteró que esta opción sigue sobre la mesa. Las declaraciones se producen en medio de una escalada militar en el Caribe con grupos navales y operaciones anti-narcóticos y de crecientes advertencias hacia el gobierno de Nicolás Maduro. La tensión entre los dos países latinos se intensifica mientras la administración de Trump redefine su estrategia regional frente al narcotráfico y la disidencia política.
¿Qué dijo exactamente Trump?
Durante una rueda de prensa en el Air Force One, al ser preguntado sobre si había autorizado ataques terrestres en Venezuela, Trump respondió con un simple “No”, y aclaró que “no se ha tomado una decisión” sobre el tema.
Aunque esta respuesta niega una decisión tomada, también mantiene abierta la posibilidad de que tales ataques ocurran en el futuro, generando especulación internacional acerca del verdadero alcance de las operaciones. La agencia Reuters señaló que la ambigüedad de Trump “no es inmediatamente claro si está descartando a futuro los ataques o simplemente señalando que aún no ha decidido”intensificó las interpretaciones.
El contexto militar y estratégico
La declaración del presidente ocurre en un momento de movilización militar estadounidense en las aguas caribeñas cercanas a Venezuela, con despliegues de barcos de guerra, aviones de combate y otras unidades.
Concretamente:
- En los últimos meses, EE. UU. ha realizado al menos 14 ataques marítimos ante la costa venezolana que, según Washington, tenían por objetivo embarcaciones vinculadas al narcotráfico. Estas acciones habrían resultado en más de 60 muertes.
- Durante una entrevista, el senador republicano Lindsey Graham afirmó que Trump le había dicho que se presentaría un informe al Congreso sobre operaciones militares contra Venezuela y Colombia, y que “existe una posibilidad real de ataques terrestres”.
- Pese a estos indicios, Trump mantiene que ningún periodo ha sido fijado para la acción terrestre y que los planes están siendo evaluados.
¿Por qué se habla de “ataques terrestres” en Venezuela?
La administración de Trump ha vinculado a Venezuela con redes de narcotráfico que, según EE. UU., utilizan rutas marítimas, fluviales y terrestres para transportar drogas hacia el país. Algunas de las razones esgrimidas incluyen:
- Supuestas operaciones del grupo Cartel de los Soles, que EE. UU. ha designado como organización criminal transnacional.
- La afirmación oficial de que, si se bloquean las rutas marítimas, el tráfico se trasladará a rutas terrestres, lo que justificaría la planificación de ataques sobre tierra.
- El argumento de que el gobierno venezolano contribuye o no combate robustamente estas redes, lo cual ha sido rechazado rotundamente por Maduro y sus funcionarios.
Implicaciones diplomáticas y legales
Relación EE. UU.–Venezuela
La posibilidad de ataques dentro del territorio venezolano o en rutas terrestres desde él representa una escalada significativa en la política exterior estadounidense hacia la región. Aunque no se declaren formalmente “operaciones de régimen”, la intervención podría ser percibida como tal, lo que genera repercusiones diplomáticas intensas.
Venezuela ha advertido que considerará una acción así como una violación de soberanía, e incluso ha movilizado fuerzas y aumentado su estado de alerta.
Marcos legales y de supervisión
- Legisladores estadounidenses expresan inquietud: algunos preguntan si estas actividades requerirían aprobación del Congreso o si se encuadran dentro de la doctrina de “combatientes no estatales” que EE. UU. ha utilizado para justificar operaciones en el extranjero.
- Organismos de derechos humanos advierten que los ataques marítimos y la consideración de acciones terrestres podrían vulnerar normas internacionales sobre conflictos armados, al catalogar a los sospechosos de narcotráfico como blancos letales sin juicio previo
Escenarios hacia el futuro
Escenario 1 – No se realiza acción terrestre
El gobierno decide continuar con operaciones marítimas, acciones encubiertas y sanciones, sin desembarco de fuerzas americanas en suelo venezolano. La ambigüedad se mantiene, y la diplomacia se activa para amainar la tensión.
Escenario 2 – Ataques terrestres limitados
Se autoriza una operación de precisión sobre instalaciones militares o zonas fronterizas en Venezuela, sin ocupación prolongada, con el objetivo declarado de combatir narcotráfico. Esto podría desencadenar respuesta venezolana, además de críticas internacionales.
Escenario 3 – Escalada mayor
Se lleva a cabo una intervención más amplia, lo que podría provocar enfrentamiento mayor, ruptura formal de relaciones, reacción de terceros países (como Rusia o Irán) que apoyan al gobierno de Maduro, y posibles repercusiones en la región.
¿Qué está en juego para los involucrados?
- Para EE. UU.: la administración busca mostrar acción frente al narcotráfico y posicionarse como garante de la seguridad hemisférica, especialmente cara a su base electoral interna. La ambigüedad actual le da margen, pero también expone riesgos de credibilidad si no actúa o si actúa mal.
- Para Venezuela: el país debe manejar la amenaza sin perder legitimidad interna ni internacional, y equilibrar su respuesta diplomática y militar. Una acción estadounidense sobre su territorio obligaría a redefinir alianzas internacionales.
- Para la región latinoamericana: países vecinos podrían verse involucrados (como Colombia o Brasil) si las rutas terrestres se desplazan hacia ellos; además, el papel de organismos de derechos humanos y agencias multilaterales quedará bajo escrutinio.
Aunque Donald Trump ha dicho que “no ha decidido” atacar objetivos terrestres en Venezuela, mantiene abierta la opción, lo que genera una atmósfera de tensión latente entre Washington y Caracas. Las señales militares, los discursos y el contexto estratégico dejan claro que la planificación existe; lo que no está definido es el momento, el alcance y las consecuencias de una eventual acción.
Este episodio puede marcar un nuevo umbral en la política de EE. UU. hacia América Latina, donde la lucha contra el narcotráfico se mezcla con consideraciones geopolíticas, soberanía nacional y legalidad internacional. Tanto para Venezuela como para Estados Unidos —y para la región—, el entorno está cargado de incertidumbre, y lo que ocurra en las próximas semanas podría definir no sólo un operativo militar, sino un capítulo decisivo de la historia hemisférica.
Fuente: www.forbes.com
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