El expresidente Donald Trump podría enfrentarse a una deuda fiscal superior a los 100 millones de dólares debido a una auditoría del IRS que reveló que declaró pérdidas significativas en dos ocasiones por el mismo proyecto de construcción. La investigación, llevada a cabo por el New York Times y ProPublica, se centra en el Trump International Hotel and Tower en Chicago, el cual Trump calificó como “sin valor” en su declaración de impuestos de 2008, argumentando que la carga de la deuda superaba cualquier beneficio generado por el edificio.
Posteriormente, en 2010, Trump reclamó la torre como una pérdida nuevamente después de transferirla a una nueva sociedad de la que también era propietario, alegando pérdidas adicionales de 168 millones de dólares durante la siguiente década. La auditoría del IRS, que comenzó a investigar un reembolso fiscal de casi 73 millones de dólares a partir de 2010 —el mismo año de la nueva asociación de la torre de Chicago—, aún está en curso.
Eric Trump, vicepresidente ejecutivo de la Organización Trump, defendió las maniobras fiscales de su padre, afirmando que el asunto se había resuelto hace años, pero fue reavivado cuando su padre se postuló para un cargo público. A pesar de la confianza expresada por la familia Trump en su posición, respaldada por cartas de opinión de varios expertos fiscales, incluido el exconsejero general del IRS, el asunto sigue bajo auditoría.
Si Trump pierde la lucha contra la auditoría del IRS, podría deber más de 100 millones de dólares, incluyendo penalizaciones. Esta posible factura fiscal se suma a una serie de sanciones que enfrenta Trump, incluyendo 83.3 millones de dólares por un caso de difamación y un veredicto de 464 millones de dólares en un juicio por fraude civil.