Los astronautas de la NASA Frank Rubio y Loral O’Hara enfrentarán una prolongada estancia en el espacio luego de que la agencia confirmara que su regreso a la Tierra se retrasará al menos hasta finales de marzo. Esta decisión surge tras complicaciones técnicas con la nave espacial Soyuz, inicialmente destinada a traerlos de vuelta.
Rubio, quien ya ha superado los 365 días en órbita, se convertirá en el estadounidense con la misión más larga en el espacio, mientras que O’Hara deberá adaptarse a un período extendido que pone a prueba tanto la resistencia física como mental de los astronautas. Ambos están actualmente a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), cumpliendo con una intensa agenda de experimentos científicos y mantenimiento crucial.
El problema comenzó a finales de 2023, cuando la nave Soyuz sufrió una fuga de refrigerante, dejando al equipo sin un vehículo seguro para regresar. Aunque la NASA y Roscosmos, su contraparte rusa, trabajaron rápidamente en soluciones, la misión de rescate sufrió múltiples retrasos debido a problemas logísticos y técnicos.
La extensión de la misión plantea desafíos únicos para los astronautas. Rubio, médico y piloto militar, ha descrito la experiencia como un testimonio de la colaboración y la preparación entre agencias espaciales. Sin embargo, expertos advierten sobre los posibles efectos en la salud de los astronautas, incluidos la pérdida de masa ósea, atrofia muscular y riesgos psicológicos asociados con un confinamiento prolongado.
A pesar de estos retos, la NASA asegura que la tripulación cuenta con los recursos necesarios para permanecer en el espacio de forma segura. Mientras tanto, el mundo observa con interés cómo la misión se convierte en un símbolo del espíritu de superación y de la cooperación internacional en la exploración espacial.
Si todo marcha según lo previsto, el regreso de Rubio y O’Hara marcará no solo el fin de una misión extraordinaria, sino también un hito en la historia de la ciencia y la resistencia humana.