THE LATIN VOX (11 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El líder de Ontario, la provincia más poblada de Canadá, ha lanzado una advertencia contundente: si Donald Trump persiste en su amenaza de imponer aranceles severos a su vecino del norte, los Estados Unidos sentirán las consecuencias. Doug Ford, premier de la provincia canadiense, reaccionó ante las provocaciones del presidente electo de EE. UU., que no solo ha cuestionado las políticas comerciales, sino que ha sugerido incluso la anexión de Canadá.
«Canadá nunca estará a la venta», aseguró Ford en una entrevista, expresando preocupación por la escalada de retórica proveniente de la administración entrante de Trump. Para Ford, estas amenazas han oscurecido una relación comercial bilateral que mueve cientos de miles de millones de dólares al año. El premier afirmó: «Sé que el pueblo estadounidense no está de acuerdo con esto. Sé que los principales CEOs de las mayores compañías del mundo están en desacuerdo con lo que está haciendo», añadiendo que el objetivo es dejar claro que «esto perjudica a todos».
La amenaza de Trump de imponer tarifas punitivas del 25% sobre todos los productos y servicios de México y Canadá, revivida en noviembre de 2024, fue justificada por su insistencia en detener el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal. Esta política, similar a las tácticas de su primer mandato, tiene como objetivo presionar para renegociar acuerdos comerciales, pero el costo de estos aranceles podría ser devastador para ambas economías.
Durante una conferencia de prensa cargada de comentarios desconcertantes sobre temas como las lavadoras y la presión del agua, Trump reiteró su frustración por lo que describió como «subsidios» que EE. UU. proporciona a Canadá, lo que lo llevó a hacer comentarios sobre la posibilidad de una unión entre ambos países.
«Canadá y los Estados Unidos: eso sería algo realmente grande», dijo Trump, aludiendo a la frontera común que ambos países comparten desde hace más de 230 años. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada tajantemente por el primer ministro saliente de Canadá, Justin Trudeau, quien afirmó que «no hay ni la menor posibilidad de que Canadá se convierta en parte de los Estados Unidos».
Las declaraciones de Trump, aunque extrañas, han generado un intenso debate interno en Canadá. Algunos han criticado la debilidad de los partidos políticos canadienses en defender una identidad nacional clara, mientras que otros temen que la falta de una respuesta coherente ante las amenazas de Trump pueda socavar la posición de Canadá en la arena internacional.
Ford, quien lidera la economía de Ontario, valorada en 1.1 billones de dólares canadienses, calificó la amenaza de anexión como «muy preocupante». Además, subrayó la dificultad que representa negociar con las demandas confusas y cambiantes del presidente electo de EE. UU.
“Cada vez que Trump habla, mueve las metas. Así que eso es preocupante, pero vamos a hacer todo lo posible para contrarrestar esto. No queremos represalias, realmente no. Pero si llega a ser necesario, los estadounidenses sentirán el dolor”, advirtió Ford.
La posibilidad de una represalia por parte de Canadá ya ha sido considerada. Ford sugirió que Ontario podría cortar las exportaciones de electricidad a EE. UU. o congelar las compras de alcohol a través de su agencia de control de licores, que es el mayor comprador mundial.
«Parece un poco loco, pero atacar al bourbon realmente cambió las reglas del juego», dijo Ford, recordando cómo Canadá aplicó aranceles a productos específicos de EE. UU. en 2018 como represalia, afectando a marcas populares como las motocicletas Harley-Davidson y los jeans Levi’s.
No obstante, el premier de Ontario ha modificado recientemente su tono, alejándose de las amenazas y promoviendo una mayor cooperación entre ambos países. Ford sugirió que Ontario podría exportar su energía nuclear en el marco de un plan más amplio denominado «Fortaleza Am-Can», que refleja la importancia de mantener relaciones sólidas entre Canadá y EE. UU., especialmente en tiempos de crisis, como lo evidencian los incendios forestales en California, donde Ontario ha enviado aviones y brigadas de bomberos.
Ford también ha intensificado sus esfuerzos para convencer a los estadounidenses de reconsiderar la idea de la anexión de Canadá, dirigiéndose directamente a la audiencia estadounidense a través de los medios. «Estamos trabajando con nuestros amigos más cercanos, y cuando nos necesiten, estaremos allí», afirmó, enfatizando el apoyo mutuo entre los dos países.
A medida que las tensiones aumentan y las amenazas de Trump siguen sin disminuir, el futuro de la relación comercial entre EE. UU. y Canadá parece incierto. Mientras Canadá se prepara para enfrentar lo peor, Ford insiste en que la situación podría ser desastrosa para ambas economías si Trump continúa por este camino. En última instancia, este enfrentamiento refleja no solo las complejidades de las relaciones entre los dos países, sino también las dificultades que enfrenta Canadá para mantener su soberanía frente a las presiones de un vecino poderoso y cada vez más impredecible.
Crédito fotográfico: THE TORONTO STAR