El reconocido rapero canadiense Drake ha presentado una demanda legal en contra de su colega Kendrick Lamar y sus colaboradores, alegando que la reciente canción «Not Like Us» incluye elementos creativos sustanciales que supuestamente fueron plagiados de uno de sus temas no publicados. La acción judicial, presentada en un tribunal de Los Ángeles, ha generado un amplio debate en la industria musical, no solo por los nombres involucrados sino también por las implicaciones éticas y creativas que conlleva.
Según los documentos judiciales, Drake alega que la base melódica y el patrón rítmico de «Not Like Us» son idénticos a un demo que grabó en 2022 pero nunca lanzó oficialmente. El equipo legal del artista ha señalado que el archivo del demo circuló de manera limitada entre productores y colaboradores cercanos, lo que lleva a la sospecha de que pudo haberse filtrado. El abogado de Drake afirmó: «Estamos convencidos de que esta no es una coincidencia. La similitud entre ambas obras es demasiado evidente como para ignorarla».
Por su parte, Kendrick Lamar ha rechazado las acusaciones a través de un comunicado emitido por su representante, señalando que la canción en cuestión es producto de un proceso creativo genuino y original. «Kendrick siempre ha defendido la autenticidad en su música. Estas acusaciones no solo son infundadas, sino que subestiman la integridad artística que él mantiene en cada proyecto», afirmó el comunicado. Además, el productor de «Not Like Us» ha declarado que el tema fue creado desde cero y no tiene relación alguna con ninguna obra previa de Drake.
La controversia no solo ha avivado tensiones entre los seguidores de ambos artistas, sino que también ha reabierto el debate sobre la delgada línea entre la inspiración y el plagio en el mundo de la música. Mientras que algunos consideran que la acción de Drake es un intento de proteger su legado creativo, otros lo ven como una táctica publicitaria en una industria altamente competitiva. Se espera que el caso avance en las próximas semanas, y expertos legales han anticipado que podría convertirse en un precedente significativo para casos futuros de propiedad intelectual en la música.