
THE LATIN VOX (13 de noviembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Tras 43 días de paralización, el gobierno estadounidense volvió a la actividad normal anoche, luego de que el Congreso aprobara un proyecto de ley que fue firmado rápidamente por el presidente Donald Trump.
Sin embargo, los efectos del cierre gubernamental más largo de la historia continuarán afectando a la economía durante meses y podrían complicar las decisiones de política económica clave.
Durante el cierre, la recopilación y publicación de datos económicos esenciales se interrumpió. Según la Casa Blanca, los indicadores de empleo e inflación de octubre nunca podrían ser divulgados debido a la paralización. Karoline Leavitt, portavoz del Ejecutivo, advirtió que “todos esos datos económicos estarán permanentemente afectados, dejando a nuestros responsables de política monetaria, en la Reserva Federal, a ciegas en un período crítico”.
Esta falta de información ha generado una “neblina de incertidumbre” sobre el verdadero estado de la economía estadounidense. Empresarios y responsables políticos desconocen con certeza cómo se comportan los indicadores económicos en tiempo real. “Nuestra visión de la economía se basa más en sensaciones que en información verificada”, afirmó Karl Schamotta, estratega jefe de mercados de Corpay.
Para compensar la ausencia de datos oficiales, empresas y economistas han recurrido a proxies del sector privado, como datos de tarjetas de crédito, imágenes satelitales y encuestas. La confusión se suma al debate sobre la guerra comercial con Canadá y el efecto de los aranceles en la economía estadounidense. Mientras Trump sostiene que los gravámenes no provocan inflación y beneficiarán al país, expertos advierten que estos aumentan los costos y alimentan la incertidumbre, afectando la inversión y el empleo.
“La economía se ha convertido en un test de Rorschach macroeconómico: cada quien proyecta en ella lo que quiere ver”, añadió Schamotta, haciendo referencia al famoso test psicológico de manchas de tinta.
Ejemplo de esta ambigüedad se dio esta semana en CNBC, cuando Kevin Hassett, director del Consejo Nacional Económico, aseguró que la inflación se acercaba a la meta de la Reserva Federal. “¿A pesar de que ha ido aumentando durante cinco meses consecutivos hasta septiembre?”, cuestionó el presentador Carl Quintanilla. Hassett minimizó la preocupación, citando datos que solo llegan hasta enero, lo que provocó críticas y recordatorios de que el gobierno no ha podido recolectar información actualizada.
Los economistas alertan que podrían pasar meses antes de que se normalice la disponibilidad de datos básicos. Oxford Economics estima que cerca de dos docenas de informes clave se han retrasado y advierte que la lista seguirá creciendo mientras las agencias intentan ponerse al día. Esto representa un desafío adicional para la Reserva Federal, que debe decidir sobre la dirección de las tasas de interés en un contexto de información parcial.
“Estamos todavía atrapados en una niebla de datos”, escribió Nancy Vanden Houten, economista principal de Oxford Economics. Según los expertos, es posible que no sea hasta el próximo año cuando se disponga de información confiable que permita conocer con claridad la situación real de la economía estadounidense.
En medio de este panorama, el empresariado y los mercados financieros deberán navegar por un terreno incierto, mientras la política monetaria se enfrenta al dilema de actuar sin la brújula de los datos oficiales, en un momento crítico para la economía más grande del mundo.
Fuente: CBC News
Crédito fotográfico: Getty Images