THE LATIN VOX (9 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un giro inesperado, el Comité de Amigos Americanos (AFSC), una organización religiosa estadounidense que aboga por la paz, decidió retirar un anuncio planeado en el New York Times debido a la negativa del periódico a permitirles utilizar el término “genocidio” al referirse a las acciones de Israel en Gaza. La decisión, tomada el lunes pasado, ha desencadenado un debate sobre la libertad de expresión y la postura mediática frente a los conflictos internacionales.
Joyce Ajlouny, secretaria general del AFSC, calificó la negativa del periódico como “un intento escandaloso de eludir la verdad”, añadiendo que el New York Times optó por el silencio en lugar de asumir la responsabilidad.
“Durante décadas, los palestinos y sus aliados han sido silenciados y marginados en los medios de comunicación, mientras estas instituciones eligen el silencio sobre la rendición de cuentas. Solo desafiando esta realidad podemos esperar abrir un camino hacia un mundo más justo y equitativo”, declaró Ajlouny en un comunicado oficial.
La controversia comenzó cuando un representante del equipo de publicidad del New York Times sugirió al AFSC que utilizara la palabra “guerra” en lugar de “genocidio” en el anuncio. Sin embargo, al rechazar la sugerencia, el AFSC recibió una respuesta por parte del periódico que justificaba la negativa, mencionando que diversas organizaciones internacionales, organismos de derechos humanos y gobiernos tienen diferentes puntos de vista sobre la situación.
Además, argumentaba que, como parte de su compromiso con la precisión fáctica y la adhesión a los estándares legales, todos los contenidos publicitarios deben cumplir con definiciones ampliamente aplicadas.
El Comité de Amigos Americanos, conocido por su trabajo en pro de los derechos humanos, citó a diversas entidades como el Center for Constitutional Rights, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, y varias organizaciones palestinas que han calificado las acciones de Israel en Gaza como genocidio o actos de genocidio.
El portavoz del New York Times explicó que su equipo de publicidad trabaja con los anunciantes para garantizar que sus propuestas cumplan con las directrices de aceptabilidad del periódico. “Este caso no fue diferente y está completamente en línea con los estándares que aplicamos a todas las propuestas publicitarias”, afirmó. No obstante, la postura del periódico ha generado inquietudes sobre su imparcialidad y su disposición a enfrentar temas políticos sensibles.
El AFSC ha sido un firme defensor de los esfuerzos humanitarios en Gaza, y ha instado al gobierno de Estados Unidos a promover un “alto el fuego permanente, acceso humanitario completo, liberación de todos los cautivos y el fin del financiamiento militar estadounidense a Israel”. Esta postura ha sido apoyada por varios grupos internacionales que han condenado las políticas israelíes en Gaza.
Por su parte, el New York Times ha permitido en el pasado el uso de términos como “genocidio” en anuncios. En 2016, publicó un anuncio de la Fundación Educativa Armenio-Estadounidense agradeciendo a Kim Kardashian por oponerse a la negación del genocidio armenio. De igual forma, en 2008, candidatos presidenciales como Barack Obama, Hillary Clinton y John McCain firmaron una carta en el New York Times denunciando el genocidio en Darfur.
Este episodio pone de relieve las tensiones entre la libertad de expresión en los medios y la delicadeza de tratar temas tan polarizadores como el conflicto israelí-palestino. La respuesta del New York Times ha levantado preguntas sobre los límites de la censura en la publicidad y si los medios de comunicación, al censurar ciertos términos, están protegiendo la objetividad o, en su lugar, favoreciendo el silencio ante cuestiones de gran relevancia internacional.
Mientras tanto, el debate continúa sobre qué palabras y enfoques deberían permitirse en el discurso público acerca de los derechos humanos y las tragedias internacionales. En este contexto, el incidente entre el AFSC y el New York Times subraya cómo los términos que utilizamos para describir los conflictos pueden ser tan importantes como el conflicto mismo.
Crédito fotográfico: Shildan Group