
THE LATIN VOX (31 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En medio de una creciente crisis sanitaria y política en Estados Unidos, el senador Bernie Sanders ha lanzado un contundente llamado a la renuncia del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., acusándolo de ser una amenaza directa para la salud pública y de dirigir una “guerra contra la ciencia”.
A través de un artículo de opinión publicado ayer sábado en The New York Times, el veterano senador por Vermont criticó abiertamente al titular del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), nombrado por el presidente Donald Trump a principios de año, por promover teorías conspirativas y políticas que han provocado una desbandada en las principales agencias de salud del país.
“El señor Kennedy y el resto de la administración Trump dicen querer ‘Hacer América Saludable Otra Vez’. Estoy de acuerdo con el eslogan. El problema es que sus acciones van exactamente en la dirección contraria”, escribió Sanders.
Un sistema de salud al borde del colapso
La gota que colmó el vaso para muchos fue la destitución de Susan Monarez, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), junto con la renuncia de cuatro altos funcionarios de la misma agencia. Todos, según reportes, abandonaron sus cargos tras negarse a respaldar las políticas promovidas por Kennedy, a las que calificaron de peligrosas e infundadas.
Kennedy, un activista antivacunas de larga trayectoria, ha utilizado su nuevo cargo para difundir desinformación médica, desmantelar iniciativas de vacunación y despedir a funcionarios de carrera en salud pública. Bajo su gestión, más de 750 empleados actuales y retirados de agencias de salud firmaron una carta donde lo califican como una “amenaza existencial para la salud pública”.
“¿Quién apoya sus afirmaciones? No científicos serios, no médicos creíbles. Cita estudios desacreditados y fuentes que han perdido sus licencias médicas”, denunció Sanders en su editorial.
“La guerra contra la ciencia”
El senador independentista fue tajante al acusar a Kennedy de emprender una campaña ideológica contra la medicina basada en evidencia:
“Ha construido una carrera lucrativa sembrando desconfianza en las vacunas. Ahora, desde su cargo, lanza una guerra total contra la ciencia, la salud pública y la verdad misma”.
Según Sanders, las consecuencias ya son palpables: las vacunas contra la Covid-19 han dejado de ser accesibles para amplios sectores de la población, especialmente para los más jóvenes. Esto ha generado un aumento de consultas médicas, trabas burocráticas y mayores costos de bolsillo para los pacientes.
El senador también advirtió que el próximo objetivo de Kennedy podría ser el esquema nacional de vacunación infantil, que protege a los niños de enfermedades como el sarampión, la polio y la varicela.
“El peligro es real: enfermedades erradicadas por vacunas seguras y efectivas podrían volver a propagarse, con consecuencias devastadoras”, alertó.
Violencia y desinformación: Un cóctel mortal
El debate sobre la desinformación médica adquirió un tono aún más alarmante tras el tiroteo mortal en la sede de los CDC en Atlanta, ocurrido a principios de mes.
Un joven armado disparó más de 180 veces contra el edificio, matando a un oficial de policía antes de suicidarse. Según su padre, el atacante sufría trastornos mentales y creía, por información errónea que circula en internet, que la vacuna contra la Covid-19 le estaba causando daño.
Este incidente trágico ha reavivado la preocupación sobre cómo la retórica promovida desde cargos de poder puede tener consecuencias fatales.
Presión bipartidista
La administración Trump ha recibido críticas no solo desde el progresismo. Diversas figuras del Partido Demócrata y algunos sectores moderados del Partido Republicano han mostrado preocupación por el rumbo de las políticas sanitarias.
A pesar de ello, ni el presidente Trump ni el secretario Kennedy han emitido comentarios sobre los crecientes pedidos de renuncia. El silencio oficial contrasta con la creciente ola de indignación dentro y fuera de Washington.
¿Qué sigue?
El llamado de Sanders podría marcar un punto de inflexión en la batalla por el control de la política sanitaria estadounidense. En un año donde los brotes de enfermedades prevenibles han comenzado a resurgir y la confianza en las instituciones de salud ha disminuido, la permanencia de RFK Jr. al frente del HHS podría convertirse en una crisis política de gran envergadura.
“Kennedy debe renunciar. No mañana, no la semana que viene. Debe hacerlo ahora”, concluyó Sanders.
Crédito fotográfico: The New Yorker